Una nueva dieta, denominada por el acrónimo MIND (mente), podría reducir significativamente el riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer, incluso si la dieta no se sigue meticulosamente, según un artículo publicado en línea en la revistaAlzheimer & Dementia, la revista de la Asociación del Alzheimer estadounidense.
La epidemióloga nutricional Martha Clare Morris y sus colegas de la Universidad de Rush (Chicago, EE.UU.) han desarrollado la dietaIntervención mediante dieta Mediterránea/anti-hipertensión y Retrasar la Neurodegeneración (MIND, por sus siglas en inglés). El estudio muestra que disminuyó el riesgo de alzhéimer hasta en un 53 por ciento en los participantes que se adhirieron a la dieta de forma rigurosa, y en alrededor de un 35 por ciento en aquellos que la siguieron moderadamente.
"Una de las cosas más emocionantes de esto es que las personas que se adhirieron incluso moderadamente a la dieta MIND obtuvieron una reducción en el riesgo de alzhéimer", señala Morris, profesora de la universidad, en la nota de prensa de ésta. "Creo que eso motivará a la gente."
Morris y sus colegas desarrollaron la dieta basándose en la información que se ha acumulado durante años sobre los alimentos y nutrientes que tienen efectos buenos y malos en el funcionamiento del cerebro a lo largo del tiempo.
La dieta MIND es un híbrido entre la mediterránea y la DASH (Enfoque Alimenticio para Frenar la Hipertensión), las cuales se ha descubierto que reducen el riesgo de enfermedades cardiovasculares, como la hipertensión, los ataques cardíacos y los accidentes cerebrovasculares. Algunos investigadores han descubierto que ambas proporcionan también protección contra la demencia.
Comparación
En el nuevo estudio, la dieta MIND se comparó con las otras dos. Las personas con alta adhesión a la dieta mediterránea y a DASH también tenían reducciones en riesgo de alzhéimer -39 por ciento con DASH y 54 por ciento con la mediterránea- pero obtuvieron beneficios insignificantes si su adhesión a cualquiera de las dos fue solo moderada.
MIND es también más fácil de seguir que, por ejemplo, la dieta mediterránea, que aboga por el consumo diario de pescado y de tres a cuatro raciones diarias de frutas y de verduras, señala Morris.
La nueva dieta tiene 15 componentes, incluyendo 10 "grupos de alimentos saludables para el cerebro": vegetales de hoja verde, otros vegetales, nueces, bayas, judías, cereales integrales, pescado, aves de corral, aceite de oliva y vino; y cinco grupos no saludables: carnes rojas, mantequilla y margarina, queso, pasteles y dulces y fritos o comida rápida.
Incluye al menos tres raciones de cereales integrales, una ensalada y otro vegetal todos los días, junto con una copa de vino. También implica comer un snack la mayoría de los días (frutos secos) y comer judías cada dos días o así, aves de corral y bayas al menos dos veces por semana y pescado al menos una vez a la semana.
Las personas a dieta deben limitar el consumo de los alimentos poco saludables señalados, especialmente la mantequilla (menos de 1 cucharada al día), el queso y los fritos o la comida rápida (menos de una ración por semana de cualquiera de los tres), para tener una oportunidad real de evitar el devastador efector de la enfermedad de Alzheimer, según el estudio.
Las bayas son la única fruta específica de la dieta. "Los arándanos son uno de los alimentos más potentes en términos de protección del cerebro", apunta Morris, y las fresas también han obtenido buenos resultados en estudios anteriores sobre el efecto de los alimentos sobre la función cognitiva.
Participantes
La dieta MIND no se diseñó y se probó, sino que fue deducida a partir de las dietas reales de voluntarios que ya participaban en el Proyecto sobre Memoria y Envejecimiento de Rush, que comenzó en 1997 entre los residentes de las comunidades de jubilados y los complejos públicos para mayores del área de Chicago.
Un "cuestionario de frecuencia alimentaria" opcional fue añadido de 2004 a 2013, y el estudio de la dieta MIND analizó resultados de 923 voluntarios. Un total de 144 casos de alzhéimer aparecieron en esta cohorte.AD se parece a la enfermedad cardíaca en que parece que hay "muchos factores que deciden quién contrae la enfermedad", incluyendo componentes conductuales, ambientales y genéticos, señala Morris.
"En el alzhéimer de aparición tardía, los factores de riesgo genéticos son una pequeña pieza del cuadro". Estudios anteriores han arrojado evidencia que sugiere que lo que comemos puede jugar un papel importante en determinar quién sufre alzhéimer y quién no, añade.
Cuando los investigadores del nuevo estudio dejaron fuera del análisis a aquellos participantes que cambiaron su dieta en algún momento -por ejemplo, por orden de un médico después de un derrame cerebral- se encontraron con que "la relación entre la dieta y los resultados favorables se hacía más fuerte".
En otras palabras, parece que cuanto más tiempo una persona consume la dieta MIND, menor será el riesgo de que la persona tendrá de desarrollar la enfermedad. Morris matiza que los resultados deben confirmarse con nuevas investigaciones, en otras poblaciones y con ensayos aleatorios.
Aceite de oliva
Otro estudio, que desarrollarán la Universidad Johann Wolfgang Goethe (Fráncfort) y otras instituciones alemanas, quiere averiguar cómo consiguen las olivas su demostrado efecto contra los problemas de memoria. El proyecto durará tres años y se denomina NeurOliv
El objetivo es utilizar las sustancias contenidas en las aceitunas para desarrollar nuevos alimentos funcionales contra el envejecimiento de la sociedad y contra la enfermedad de Alzheimer. "Queremos probar si los polifenoles de oliva pueden incluso ayudar a curar la enfermedad", señala Joachim Tretzel, director general de la empresa N-Zyme BioTec.
"Nuestras nuevas técnicas hacen que sea más fácil extraer sustancias de hojas de olivo y mejorar significativamente sus bajos rendimientos", explica Heribert Warzecha, de la Universidad Tecnológica de Darmstadt.
Las sustancias de oliva se pondrán a prueba en modelos de cultivo celular. "Nos centramos en los cambios en las centrales eléctricas (mitocondrias) de las células nerviosas, que cambian al principio de la enfermedad de Alzheimer", explica Gunter Eckert, de la Universidad Goethe. Luego los mejores compuestos se probarán en ratones.