Martes, 11 Noviembre 2014 09:55

LA PERSONALIDAD Y SU INFLUENCIA EN LA APARICIÓN DEL MAL DE ALZHEIMER

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Un equipo de científicos dirigido por Lena Johansson, de la Universidad de Gotemburgo en Suecia,  ha comprobado como el riesgo de una persona de padecer demencias neurodegenerativas como el alzhéimer puede estar asociado a los rasgos de personalidad, debido al influjo que esta tiene en la conducta, estilo de vida o reacciones al estrés. 

Los resultados establecen que el “neuroticismo” está asociado a un mayor riesgo de padecer la enfermedad de Alzheimer y otras demencias afines

Las personas, sobre todo mujeres, que se angustian y preocupan con facilidad poseen un riesgo más elevado de padecer el Mal de Alzheimer.

De esto se deduce que este tipo de demencia no tiene una causa única de aparición, sino que son múltiples los factores que pueden desencadenarlas. En nuestras manos está prevenir o controlar dichos factores de riesgo para retrasar e incluso evitar su aparición.

 

Muchas de las investigaciones sobre el Mal de Alzheimer se han centrado en elementos como historial familiar, composición genética, traumatismos craneales, factores de riesgo sanguíneos y cardiacos, e incluso el nivel de educación académica alcanzado por la persona (que puede ser un indicativo de la "musculatura" mental, por así decirlo, que ha cultivado mediante el ejercicio mental de estudiar y que puede ayudarle a luchar mejor contra el avance de la enfermedad). 

Sin embargo, tal como ha comprobado el equipo de Lena Johansson, de la Universidad de Gotemburgo en Suecia, en el grado de riesgo de una persona a padecer demencias como la provocada por el Mal de Alzheimer podría influir la personalidad, por los efectos que esta última tiene en la conducta, estilo de vida o reacciones al estrés. Tengamos en cuenta que el estado de ánimo se refleja también en la bioquímica cerebral, y que esta puede influir en la aparición de ciertas enfermedades cerebrales. Así se ha constatado en el análisis que esa científica y sus colegas han hecho de datos reunidos en un estudio de 40 años de duración, en el que 800 mujeres que al principio tenían, en promedio, una edad de 46 años, fueron objeto de un seguimiento durante 38 años, y sometidas en varias épocas de su vida a pruebas de personalidad que evaluaron sus niveles de neuroticismo, extraversión e introversión, junto con exámenes de memoria. 

El neuroticismo se caracteriza por la facilidad para afligirse y rasgos de la personalidad tales como una tendencia excesiva a la preocupación, los celos desmedidos o cambios de humor muy acentuados. Las personas neuróticas son más propensas a experimentar y expresar la ira, el sentimiento de culpa, la envidia, la ansiedad y la depresión. La introversión se asocia con ser tímido y reservado, y la extraversión con la facilidad para entablar y mantener relaciones sociales.

Los resultados del análisis de datos sugieren que el neuroticismo en la mediana edad está asociado con un mayor riesgo de padecer la enfermedad de Alzheimer y otras demencias típicas de la vejez.

En el estudio se comprobó que las mujeres que obtuvieron las puntuaciones más altas en las pruebas para medir el grado de neuroticismo eran el doble de propensas a desarrollar demencia del tipo indicado en comparación con las que obtuvieron las puntuaciones más bajas. Sin embargo, en esta asociación influía el estrés padecido durante un tiempo largo.

Ser retraída o extrovertida por sí solo no pareció incrementar el riesgo de demencia; sin embargo, las mujeres que se angustiaban y afligían con facilidad y que además eran muy tímidas tuvieron el riesgo más alto de padecer el Mal de Alzheimer en el estudio. Un 25 por ciento de estas mujeres desarrollaron la enfermedad de Alzheimer, en comparación con el 13 por ciento de las que no se angustiaban ni afligían con facilidad y que además eran extrovertidas.

 

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