Para ese estudio preliminar «pedimos consentimiento a un grupo de pacientes mayores que se iba a operar en el hospital de la cadera o de la rodilla para obtener una muestra de líquido cefalorraquídeo al realizarles una raquianestesia» o epidural. A estos pacientes, que en el momento en el que se les hizo la punción no presentaban alteraciones neurológicas, se les hizo un seguimiento durante dos años. En aquellos casos en los que apareció un deterioro cognitivo «vimos que había unas diferencias sustanciales en el líquido cefalorraquídeo». Y es que en este líquido hay unas proteínas que se alteran y que están relacionadas con el origen de la enfermedad. «Hay estudios a nivel europeo que demuestran que estas alteraciones pueden surgir entre 10 y 15 años antes de que la enfermedad de alzhéimer dé síntomas», explica Monge. El Hospital General de Alicante ha sido pionero en esta investigación a nivel nacional y sus resultados se presentarán este mes en un congreso de neurología en Viena.
Y es que el estudio del líquido cefalorraquídeo es uno de los métodos más precisos para conseguir un diagnóstico precoz del alzhéimer. Desde hace unos años, y a través de una punción lumbar, los médicos del Hospital General han logrado diagnosticar la dolencia cuando da los primeros síntomas, «adelantándonos en dos o tres años al diagnóstico clásico y logrando diferenciar el alzhéimer de otras demencias». La prueba, también fruto de una larga investigación, ya ha sido incorporada a la rutina del servicio y está indicada para personas que apenas muestran síntomas de la enfermedad y llevan una vida completamente normal. A estos pacientes «les hacemos previamente un análisis de sangre, una resonancia y un estudio neuropsicológico, para descartar otras dolencias». Si hay sospecha de alzhéimer, «les ofrecemos la posibilidad y pedimos su consentimiento para hacerles una punción lumbar», señala Monge. Los resultados en este campo han demostrado ser muy fiables y sensibles.
Fuente: diarioinformacion.com