
Cuando una persona es diagnosticada con Alzheimer, muchas veces su entorno deja de incluirla en ciertas actividades por miedo, desconocimiento o sobreprotección. Sin embargo, mantener rutinas que generen bienestar emocional y conexión con el entorno es esencial. Aquí es donde entran en juego las actividades significativas.
Estas actividades son tareas que tienen un valor personal para la persona. No se trata solo de mantener la mente activa, sino de realizar cosas que tengan sentido, despierten emociones positivas, fomenten el vínculo con los demás y fortalezcan su identidad.
En el contexto del Alzheimer, estas actividades deben adaptarse a las capacidades actuales de la persona, pero sin quitarles protagonismo ni dignidad.
¿Por qué son importantes?
- Estimulan funciones cognitivas que aún se conservan.
- Mejoran el estado de ánimo y reducen la ansiedad.
- Refuerzan la autoestima y el sentido de utilidad.
- Promueven la interacción social y emocional.
- Disminuyen conductas problemáticas derivadas del aburrimiento o la desorientación
A continuación, ofrecemos algunas ideas:
- Cocinar recetas sencillas.
- Escuchar y cantar música de su época.
- Cuidar plantas o realizar jardinería básica.
- Clasificar objetos por colores, tamaños o formas.
- Juegos de memoria o cartas.
- Ayudar en tareas del hogar.
Neuropsicología Alzheimer Tierra de Barros