Una investigación realizada por la Universidad de Exeter y el King's College de Londres (Reino Unido) y que ha sido presentado recientemente en la Conferencia de la Asociación Internacional de Alzheimer, ha concluido que con un mínimo de diez minutos al día de interacción social se puede potenciar y mejorar considerablemente el bienestar de las personas con demencia. Es evidente que la interacción social, el sentirse integrado dentro de un grupo de iguales, el mantener el sentimiento de pertenencia del enfermo, es a veces la mejor terapia posible, sobre todo para mejorar síntomas psicológicos como la baja autoestima, es sentimiento de aislamiento y soledad, o la tristeza.