Uno de los principales problemas que se presentan a la hora de afrontar la enfermedad de alzhéimer o cualquier otra demencia degenerativa es el hecho de asumir que, tarde o temprano, la enfermedad impedirá conducir a quien la padece.
Una cosa que, en principio puede parecer algo lógico y normal, para el enfermo a veces se convierte en un verdadero trauma, ya que pierde su autonomía, su independencia, su autoestima y su capacidad de libertad a la hora de desplazarse, y para más Inri, para los cuidadores y familiares es toda una odisea convencerlos de que no pueden conducir más.
Por eso hoy compartimos con vosotros este estupendo monográfico donde se aborda el tema de forma accesible, sencilla y eficaz, con estrategias útiles para afrontar la situación de la mejor manera posible.