- Menor extroversión.
- Menos “abiertos”.
- Más neuróticos.
- Menos amables.
- Menos responsables.
- Escasa conciencia de la enfermedad.
- Más apáticos.
- Más irritables.
- Más pasivos.
- Con menos energía.
- Más egocéntricos.
- Más egoístas.
- Más rígidos en el pensamiento.
En pacientes diagnosticados de demencia frontotemporal los rasgos de personalidad alterados forman parte de la clínica específica de la enfermedad, y por tanto pueden verse comprometidos los siguientes factores:
- Trastorno temprano de la conducta social y de las relaciones interpersonales.
- Alteraciones tempranas de autocontrol de la conducta personal.
- Superficialidad e indiferencia emocional temprana.
- Anosognosia precoz.
Los problemas psicológicos y comportamentales suelen ser el factor predisponente para que las familias busquen ayuda profesional.
Fuente: DEMENCIA Y PERSONALIDAD: UN CAMINO DE IDA Y VUELTA. F. JAVIER OLIVERA PUEYO Y CARMELO PELEGRÍN VALERO.
Rosa Ana García
Psicología Alzheimer.