Jueves, 04 Febrero 2016 12:08

EL EJERCICIO FÍSICO AERÓBICO PUEDE PREVENIR LOS EFECTOS DEL MAL DE ALZHEIMER

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No es la primera vez que hablamos de la importancia del ejercicio físico para proteger al cerebro de los estragos del deterioro cognitivo y en este caso, un estudio ha revelado la importancia del ejercicio aeróbico para proteger al cerebro de todas aquellas toxinas que pueden deteriorar su funcionamiento.

El artículo explica los efectos positivos de ejercicios aeróbicos tales como andar, hacer bicicleta o correr, y sería conveniente leerlo para animarnos a hacerlo.

 Como todos sabemos, el Alzheimer es una enfermedad que produce una alteración neurodegenerativa primaria y que suele aparecer en la vejez. El ejercicio aeróbico puede ayudarnos a prevenir este mal.

Aquellos afectados por este trastorno experimentan cambios en el tejido de algunas partes de su cerebro, así como una pérdida progresiva de acetilcolina. Esta sustancia es vital para el correcto funcionamiento del cerebro y está asociada a las habilidades de aprendizaje, pensamiento y memoria.

El primer síntoma del Alzheimer es la pérdida de memoria. Al comienzo es imperceptible, pero poco a poco se va haciendo más evidente hasta que se alcance el punto en el que el individuo sea incapaz de realizar tareas cotidianas.

Hay estudios que aseguran que la alimentación y el ejercicio son fundamentales para mantener el cerebro joven y en forma. Precisamente, el ejercicio como prevención del Alzheimer es el asunto que vamos a tratar aquí.

Ejercicio aeróbico para prevenir el Alzheimer

El laboratorio de Jackson, en Maine, Estados Unidos, consiguió demostrar esta afirmación. Observaron que los cambios que se dan en los tejidos del cerebro de ratones viejos pueden paliarse haciendo que los animales corran con cierta regularidad.  Aunque la vejez es el riesgo clave para padecer Alzheimer también tiene un vínculo directo con el suministro de sangre a nuestro cerebro.

Teniendo esto en cuenta, los investigadores estudiaron los cambios en los cerebros de los ratones más ancianos y los jóvenes. Para dar cuenta de la práctica deportiva a largo plazo, se proveyó a los animales de mediana edad de ruedas de correr y se analizaron sus cerebros una vez alcanzaron la ancianidad, que es cuando el riesgo de Alzheimer es más alto. Los animales que no tuvieron acceso a al ejercicio presentaron síntomas de pérdida cognitiva, mientras que los que sí lo realizaron consiguieron mejores resultados en las pruebas de memoria y aprendizaje.

Es por esto que se recomienda la práctica de ejercicio, pero no cuando uno ya ha envejecido, si no cuando se encuentra en la mediana edad. El aerobic tradicional puede ser una buena opción. No obstante, a veces uno no dispone del tiempo ni el poder adquisitivo necesario para apuntarse a clases de aerobic.

La solución está en salir a caminar o a correr y establecer una rutina para ello. Las caminatas no deben ser como un paseo, tienen que tener cierta intensidad e ir acompañadas del balanceo de los brazos semiflexionados.

Como mínimo debemos caminar, o correr, durante veinte minutos. Poco a poco podemos ir añadiendo más tiempo, según se vaya adaptando nuestro cuerpo a este nuevo hábito. La frecuencia ideal para hacer ejercicio es al menos dos veces por semana y máximo cuatro. Eso sí, siempre alternando días.

¿Qué os parecen los beneficios del ejercicio aeróbico para prevenir el Alzheimer?

Fuente imágenes: Pixabay

 

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