
Os hemos comentado miles de veces la importancia del uso de un buen calzado en nuestros pacientes de alzhéimer, llega el verano y lo primero que les apetece a nuestros pies es estar frescos y cómodos. Las chanclas, aunque a priori parecen una solución al calor, suponen un peligro en potencia, hoy os damos 3 razones para no usarlas:
1. Riesgo de caídas y tropiezos
Las chanclas suelen tener una suela delgada, sin soporte, y se sujetan pobremente al pie lo cual provoca:
- Aumenta la inestabilidad al caminar.
- Hace más fácil tropezar o que se deslice el pie fuera de la sandalia.
- Nuestros mayores presentan problemas de equilibrio o debilidad muscular, esto incrementa significativamente el riesgo de caídas, las cuales pueden causar fracturas o traumatismos.
2.Falta de soporte para el arco y el tobillo
Esta falta de estabilidad favorece la aparición de esguinces y lesiones osteoarticulares, así como de fascitis plantar debido a la ausencia de soporte del arco plantar
3. Mayor riesgo de lesiones en la piel
Las chanclas dejan expuestos los pies:
- A cortes, raspaduras o quemaduras solares.
- A infecciones (como micosis o celulitis), especialmente si hay heridas pequeñas o mala circulación.
- En diabéticos o personas con neuropatía periférica una herida mínima puede pasar desapercibida y convertirse en una úlcera grave.
Fisioterapia Alzheimer