Mucho habremos escuchado sobre la importancia del establecimiento de límites, ya que, se ha hecho bastante notable en los últimos tiempos esta palabra. Pero, ¿Qué son realmente los límites?
Básicamente, en psicología se entiende como el hecho de saber expresar claramente a los demás lo que necesitamos y queremos, así como, hasta donde somos capaces de sostener en el otro sintiendo un equilibrio emocional.
Los límites hacia los demás nos estructuran como personas, conforman nuestra identidad, ayudan a los demás a entender nuestra forma de ser y da sentido a mi identidad y dignidad como persona. Nuestros límites, incluyen un lugar físico y emocional donde nos sentimos a salvo, es un refugio particular.
¿A qué estoy expuesto si no establezco límites?
- Sobrecarga: No poner límites puede llevarnos a asumir demasiadas tareas y responsabilidades que no nos corresponden. Esto puede hacernos sentir quemados, cansados y sin energía para nada más.
- Ansiedad: Reprimir nuestras necesidades y anteponer siempre al resto puede hacernos sentir como una olla a presión. Nuestras emociones se acumulan de manera poco saludable porque no nos permitimos expresar lo que queremos en cada momento. Esto nos conduce a un estado de ansiedad que puede perjudicar nuestra salud y calidad de vida.
- Deterioro de nuestras relaciones: Poner límites es una forma de cuidar nuestros vínculos. Podemos caer en el error de pensar que por expresar lo que sentimos los demás no nos querrán. Sin embargo, es difícil tener relaciones satisfactorias y genuinas si nunca decimos en alto qué necesitamos.
Poner límites puede considerarse un acto de amor, de la persona hacia sí misma y también hacia los demás.
Este aspecto tan importante será tratado en los próximos Grupos de Ayuda Mutua, para poder identificar por qué nos resulta tan difícil llevar a cabo esta defensa de los derechos propios y de qué forma puedo comunicarme asertivamente para poder iniciarme de manera gradual.
Rosa Ana García.
Psicología Alzheimer.