Los enfermos de alzhéimer se encuentran dentro de un grupo de riesgo con alta probabilidad a la deshidratación, y no solamente porque con la edad se deterioran mecanismos de termorregulación que producen una disminución de la sensación de sed, sino porque, aunque se den cuenta de que algo les ocurre, tampoco serán capaces de comunicarlo claramente.
Por ello debemos prestar especial atención a las primeras señales:
- Exceso de sudoración
- Sensación de calor sofocante
- Sequedad en la boca
- Temperatura corporal alta
- Piel seca
- Agotamiento y debilidad
- Cefaleas y mareos
- Aumento del estado de confusión y desorientación
Para evitar llegar a este extremo es recomendable aumentar la ingesta de agua, solución sencilla en principio, pero que se puede complicar en pacientes de alzhéimer, hay muchos que les cuesta beber, o bien porque rechaza el agua o bien por problemas de deglución.
Por eso os traemos una seria de consejos para aumentar la ingesta de liquidos sin tener que sufrir mucho:
- Beber agua de forma continua, sin esperar a tener sed. Mejor pequeños sorbos frecuentes durante todo el día que intentar consumir vasos enteros También puedes ofrecerle infusiones o zumos de fruta natural, no azucarados artificialmente.
- Añade en tu dieta alimentos ricos en agua, como la sandía, el melocotón, el melón… al igual que cremas y sopas frías, como el gazpacho o la vichyssoie, propios de la estación y de fácil ingesta, pero con un gran porcentaje de agua en su composición.
- Usar espesantes o gelificantes en el agua facilita su deglución, prueba también a introducir en la dieta gelatinas naturales