Lunes, 21 Abril 2014 09:56

UN VIDEO JUEGO SOBRE EL ALZHEIMER

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Uno de los objetivos más importantes a la hora de enfrentarnos a la enfermedad de alzhéimer y combatirla, es la concienciación y la sensibilización social, la capacidad de los que trabajamos con esta dura patología para hacerla visible y extensible a todo el entrono social de la población.

Y para lograr este objetivo, nada mejor que la utilización de todos los medios a nuestro alcance para llevarlo a cabo, incluso el uso de las nuevas tecnologías para tal fin.

Este es el caso de la empresa de video juegos White Paper Games que se estrena con una apuesta arriesgada pero totalmente diferente a lo que están acostumbrados a ver las personas que consumen este tipo de entretenimiento. El Juego, llamado  Ether One no es un juego más. Su apuesta es mucho más profunda.

Ether One es una aventura en primera persona creada para que quien la viva se sienta dentro del personaje, adoptando el papel de un Restaurador, “una persona capaz de adentrarse en los recuerdos de los enfermos de Alzhéimer para poder recuperarlos y poder sanarlos”. Para tal fin, existe en el juego una sala especial, llamada “El núcleo”. A través de ella accederemos a los recuerdos, veinte en total, en distintas localizaciones.

Una propuesta singular, innovadora, totalmente novedosa y sobre todo, elaborada con el máximo respeto hacia quienes sufren el mal de alzhéimer.

White Paper Games se estrena con una apuesta arriesgada pero totalmente diferente de lo que estamos acostumbrados a ver, al menos en su planteamiento. Ether One deja bien claro que no quiere ser un juego más del montón y se desmarca de shooters, explosiones y gráficos llamativos para atraer al jugador. Su apuesta es mucho más profunda y va más allá de lo superficial.

Ether One es especial y lo quiere demostrar desde el principio. No existe ninguna introducción ni nada por el estilo, arrancamos el juego sin saber dónde estamos y quiénes somos, totalmente desorientados. ¿Os recuerda a algo en especial? Alzheimer. Ether One trata sobre esta enfermedad tan dura, algo que solo los estudios independientes se atreven a tocar.

Ether One es una aventura en primera persona hecha a conciencia para que nos sintamos dentro del personaje. Asumiremos el papel de un Restaurador, una persona capaz de adentrarse en los recuerdos de los enfermos de alzheimer para poder recuperarlos y poder sanarlos. Para ello, tendremos una sala especial, llamada “El núcleo”, a través de la que accederemos a los distintos recuerdos, veinte en total, en distintas localizaciones. Para conseguirlo tendremos dos opciones, simplemente podemos dejarnos llevar por la narrativa de cada recuerdo resolviendo algunos puzzles muy básicos o, si queremos adentrarnos lo máximo posible en la mente del enfermo, intentar resolver algunos más avanzados. Sea como sea, nos veremos en un mundo creado a partir del subconsciente del cliente enfermo, aunque totalmente tangible.

La gran mayoría de los puzzles tendrán que ver con los objetos que vayamos recogiendo a lo largo del recuerdo en el que nos encontremos. Sólo podremos llevar un objeto a la vez por lo que tendremos que es imprescindible recurrir al núcleo. En el núcleo dispondremos de estanterías en las que dejar los objetos que creamos que debemos guardar de los recuerdos. Si en algún momento tenemos que soltar o recoger un objeto tan solo habrá que pulsar la tecla T para llevar a cabo el intercambio entre ambos mundos. Esta característica será de vital importancia para el desarrollo de la aventura ya que tendremos que estar pasando de un mundo a otro constantemente.

El ritmo de juego es lento, muy lento. No encontraremos fases de acción ni nada por el estilo. Todo el juego se basa en exploración y resolución de puzzles. Cuando lleguemos a una zona nueva tendremos que explorarla, iremos viendo algunas notas de texto o cartas con información o pistas sobre el recuerdo en sí. Durante la exploración, iremos viendo que algunos objetos, ojo, solo algunos, pueden ser explorados y recogidos, si pensamos que son o pueden ser interesantes los tendremos que llevar al núcleo para seguir explorando. Podremos interactuar con algunos objetos del entorno o incluir algún objeto en él. Realmente la exploración es la parte principal del juego. Los puzzles, en general, se basan en saber qué objeto hay que usar, lógicamente siempre que lo hayamos encontrado previamente, o bien encontrar la combinación de alguna puerta o caja fuerte, que suelen estar en algunas de las numerosas notas que encontraremos durante el juego.

Este planteamiento hace que sea imprescindible tomarse del juego con calma, saborearlo. No es un juego para partidas rápidas o jugadores con prisa, es un juego calmado, que hay que jugar poco a poco y explorar cada rincón del entorno. Su ritmo pausado puede ser una de sus grandes bazas, ya que aporta algo novedoso para muchos jugadores pero también puede convertirse en un arma de doble filo, ya que, en ocasiones, peca de ser excesivamente lento en su ritmo de juego e, incluso, llegar a hacerse repetitivo ya que no es precisamente corto. No es un problema del título en sí, sino más bien del tipo de jugadores al que va dirigido, que puede ser muy limitado debido a su jugabilidad y temática.

Para mostrar los recuerdos se apoya en un apartado gráfico muy simple, cercano al cel shading pero sin llegar a serlo totalmente. Los escenarios son, en general, simples, al igual que los modelados de los objetos aunque están inmersos en una ambientación muy lograda, con un diseño artístico notable. El sonido, por su parte, intenta pasar desapercibido en la mayor parte del juego y cumple su objetivo perfectamente, apareciendo en momentos clave. No cuenta con doblaje al castellano aunque sí subtítulos en nuestro idioma que, eso sí, habrá que activar modificando un archivo de la carpeta del juego en Steam, no directamente desde el menú.

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