Por todos es conocido los efectos de la miel y del propoleo o jalea real, pero pocos conocen que la apitoxina ( el veneno de las abejas) es un potente antiinflamatorio y se aplica en multitud de casos:
- Las afecciones musculoesqueleticas: artritis, contracturas, bursitis, tendinosis, lumbalgias…todas se ven mejoradas considerablemente tras la aplicación controlada de la picadura de la abeja.
- Problemas respiratorios como la EPOC o el asma.
- Afecciones de la piel; eccemas, verrugas, psoriasis…
La parte más interesante, o al menos las que más nos interesa, son los estudios que se están llevando a cabo con esta toxina en el campo de las enfermedades neurodegenerativas, como el alzhéimer, donde se han obtenidos resultados esperanzadores.
A pesar de todos los beneficios no os recomiendo ir al parque a dejar que os piquen las abejas! Es una medicina natural y una alternativa interesante en el tratamiento a muchas dolencias pero debe ser administrada con precaución, ya que de ser alérgicos al veneno puede causar graves problemas. Como siempre antes de emprender ninguna acción es imprescindible consultar con un médico.
Marina Preciado (Fisioterapeuta Alzhéimer “Tierra de Barros”)