Los síntomas más comunes son: picazón, manchas rojas, hinchazón y ampollas. Afecta con mayor frecuencia a la población mayor, no solo por el déficit circulatorio, sino también debido a la fragilidad de la piel y al sedentarismo.
Debemos prestar especial atención a los primeros síntomas para tratarlos, ya que aunque se resuelven con normalidad en un par de semanas, si la persona se rasca mucho puede llegar a ulcerar la zona e infectarla, agrandando un problema en inicio sin complicaciones.
¿Cómo prevenirlos?:
- Lo mejor es mantener las zonas de riesgo cubiertas, con ropa holgada de tejidos naturales, que no opriman pero aíslen a los tejidos del frio y la humedad
-Ejercicio diario para una buena circulación sanguínea y evitar la inmovilización en zonas de riesgo, como manos y pies
- Una correcta hidratación tanto interna como de la piel nos evitara futuras lesiones de la misma, podemos utilizar ungüentos naturales (caléndula, romero…) en las zonas de riesgo o como tratamiento inicial ante los primeros síntomas
Si a pesar de nuestras medidas preventivas aparecen los temidos sabañones, el médico de cabecera nos indicara el tratamiento más adecuado a seguir para evitar males mayores
Marina Preciado. Fisioterapeuta Alzhéimer “Tierra de Barros”