He de hacer mención también a mis compañeras de trabajo. Cuando eres familiar te preocupa conocer en todo momento cómo estará cuidada la persona en ese centro, si le va a beneficiar o por el contrario sería mejor quedarte en casa con él… A mí me ha sorprendido gratamente el trabajo que realizan mis compañeras. Todo planificado y estructurado: talleres, merienda, estimulación, musicoterapia… La comida (que no he probado, pero que huele siempre de maravilla), adaptada a sus necesidades, uno por uno. Los programas específicos de fisioterapia y psicología, con compañeras que se entregan y les hacen reír. Trabajadora social, siempre con proyectos, memorias y papeles, intentando sacar el máximo partido a cualquier oportunidad, en beneficio a nuestros mayores. La gerocultoras y ayudantes de enfermería, siempre pendientes a cualquier necesidad. Y, por supuesto, una directora, que pese a las dificultades, no pierde la sonrisa.
Todo esto suena de maravilla, pero yo resumiría el trabajo que hacen con una sola palabra: CARIÑO. No faltan a diario besos, abrazos, bromas y gestos de cariño hacia nuestros pacientes. Hacen que se te contagie la sonrisa y trabajes con ellos brindándoles el mismo cariño que te dan desde el primer momento. Jamás pensé que mi experiencia en el centro pudiera llenarme de la manera que lo ha hecho. Desde aquí sólo puedo dar las GRACIAS por darme esta oportunidad.
Sandra Casado Zama
Logopeda col. 06/0090