Os comentábamos la semana pasada los problemas físicos que presenta un cuidador, cualquier persona que ha ayudado a levantar o a acostarse a alguien dependiente sabe lo que sufren sus riñones, si no tenemos los conocimientos adecuados las trasferencias de peso son a costa de nuestro bienestar lumbar, y antes o después llegan las lumbalgias.
¿y que es una lumbalgia? Llamamos lumbalgia o lumbago al dolor que se centra en la parte baja de la columna, tanto si su causa está en trastornos relacionados con las vértebras lumbares o las estructuras de los tejidos blandos como músculos, ligamentos, nervios y discos intervertebrales. Se origina por distintas causas, aunque las más frecuentes son el sobreesfuerzo muscular, las malas posturas y la exposición al frío.
Los procesos lumbares pueden ser de distintas maneras:
- Lumbalgia sin irradiación: El dolor se centra solo a nivel lumbar.
- Lumbalgia con irradiación: La contractura muscular de origen lumbar provoca compresión del nervio e irradia el dolor hacia la extremidad inferior
- Compresión radicular aguda: Inflamación de una raíz nerviosa de forma aguda, causada por protusión o hernia discal.
- Atrapamiento radicular: Irritación de la raíz nerviosa por el desarrollo de procesos degenerativos espondilosis.
Como ya sabéis, es mejor prevenir que curar, y para evitar la aparición de lumbalgias podemos:
- No doblar la cintura al levantar cargas, debe hacerse flexionando rodillas
- Siempre que sea posible realizar entre dos las movilizaciones de nuestro familiar dependiente, intentando mantener una buena posición en toda la transferencia de peso
- Es recomendable el uso de ayudas que nos permitan el manejo de nuestro familiar sin sobrecargarnos, como una “tabla de transferencia” con la que no solo nos resultará mas fácil y seguro levantar a nuestro familiar, sino que además protegemos sus brazos de tantos tirones
- Mantener la espalda recta al sentarse o estar de pie
- Realizar ejercicio físico moderado, el caminar 30 minutos diarios es estupendo para nuestra espalda
- Evitar camas o sillas muy blandas que nos permitan mantener la postura correcta, así como no permanecer sentado mucho tiempo
- Usar un calzado adecuado evitando los zapatos de tacón alto, zapatos sin sujeción o demasiado planos
Marina Preciado Hortigón. Fisioterapeuta de Alzhéimer “Tierra de Barros”