Esta carta será la más difícil que me toque escribir y con la cual me despido dejando ya el anonimato que me acompañó hasta ahora.
El Alzheimer llego a mi vida y a la de toda mi familia hace 10 años, mi madre fue diagnosticada con todo el dolor de mi corazón….y en ese momento, en absoluto imaginé todo lo que nos tocaría vivir.
Al principio el Alzheimer apenas se notaba, sólo había despistes tontos, pequeños olvidos y alguna que otra”tontería” más…
El tiempo fue pasando y cada vez el Alzheimer estaba más presente…los olvidos ya no eran tan pequeños y los despistes eran más importantes.
Nunca se deja de aprender a cuidar
El día a día te va “enseñando” a cómo cuidar al enfermo, ni siquiera te deja darte cuenta de que la enfermedad va avanzando…poco a poco van viniendo cosas nuevas: le cuesta usar los cubiertos, se pone el calzado al revés, no se peina, no sabe dónde está el cubo de la basura, se confunde al usar el mando de la televisión, y así mil cosas más…
Con ayuda de la familia, todo es más fácil de llevarlo…
Mi madre nunca supo a ciencia cierta que padecía esta horrible enfermedad…siempre que nos decía algo, se lo negamos.
Me preguntaba: ¿de verdad que estoy perdiendo la cabeza? ¿Cómo iba yo a decirle que si???
Nunca tuve valor, nunca…y ahora mismo no me arrepiento de esa mentira piadosa. Hice lo que debía.
Sin darnos cuenta, ella cada vez necesitaba más ayuda, y poco a poco más nos íbamos hundiendo por cómo la enfermedad iba apoderándose de ella, pero nos unimos y solo supimos darle sonrisas, amor y cariño.
Era feliz con lo más mínimo,un café en una terraza, sus collares,un abanico, una colonia, un boli y un papel…
El inicio precoz
Esta enfermedad llego demasiado pronto, tan solo tenía 54 años…y por culpa del Alzheimer, no ha podido disfrutar de la mitad de su vida….triste, pero cierto.
No ha podido ejercer casi de abuela, ni le ha dejado ver a sus 4 hijos felices y haciendo sus vidas, no ha podido aprovechar la jubilación de su marido, mi padre, ese hombre que desde que fue diagnosticada, no se ha separado de ella ni un minuto…y que hasta última hora lo veía y se le iluminaba la mirada.
Todo suena triste, lo sé, pero ella era muy feliz, de verdad…eso era lo único que me empujaba hacia adelante.
La unión hace la fuerza
El Alzheimer ha unido más que nunca a mi familia y te hacer ver quién te aprecia de verdad, porque en los momentos buenos están todos, pero en los malos se ve quien te quiere de verdad.
La enfermedad siguió caminando, desgraciadamente no pudimos pararla, solo nos dejó acompañarla dándole muchísimo cariño, aunque debo reconocer que hemos tenido muchos momentos de tensión, de no saber qué hacer, de que la situación nos sacase de nuestras casillas y sobre todo, momentos de tristeza y desesperación.
Es una pena que esto no tenga cura. Cada vez hay más casos y desgraciadamente, el Alzheimer es más precoz…Si esto sigue así,será una epidemia….necesitamos más estudios, más investigación, más avances, para que mañana no te toque a ti o a mi.
Esta enfermedad, para mí, es la peor que existe, no tiene ni la más mínima esperanza de poder curarte, la enfermedad va a más sin poder hacer nada y la última etapa es “una muerte en vida”
La receta
Solo puedo decir que la mejor medicina para esta enfermedad son: paciencia, cariño /amor verdadero/, sonrisas, compañía y más paciencia
Tan solo debes ponerte en el lugar del enfermo para llegar a entender lo más mínimo de la enfermedad: imagina que estás en una habitación con tu familia, no los conoces y quieres irte a tu casa con tu madre y hermanos, aunque realmente estás en ella y con ellos
Cuídate y Cuida al que te Cuidaría siempre
Gracias a la asociación AFA de Hellin y a todas las grandes personas que el mundo del Alzheimer me ha dejado conocer, también a mi gente, gracias a mi padre, un cuidador 10, el amor verdadero.
Gracias a Alzheimer Universal (y a todo su magnífico equipo) por habernos acompañado todo este tiempo, en especial a mi cómplice, Jesús, creador de esta web.
A mis hermanos, por hacer todo lo posible para verla feliz y cuidar de ella hasta su último día, gracias a mis sobrinos, porque con solo mirarlos ya era más feliz, a mis cuñados también, por ayudar en todo lo que han podido y por entender la enfermedad y gracias a Juanjo, mi vida, mi gran apoyo y mi Todo.
Solo me queda dar gracias a no haber llegado a la última etapa, ahí has tenido suerte mami.
Te quiero Tormenta
Fuente: https://www.alzheimeruniversal.eu/2017/01/31/carta-despedida-querida-madre/