Jueves, 04 Agosto 2016 12:51

LOS CUIDADORES SECUNDARIOS

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Siempre hablamos del rol que desempeñan los cuidadores principales de los enfermos dependientes, de la importancia de su figura en el cuidado de los mismos y de la necesidad de cuidarlos y apoyarlos también a ellos a la par que al enfermo.

Y es tan cierto como la vida misma, pero también debemos tener presente a los llamados CUIDADORES SECUNDARIOS, esas personas que se encargan de ayudar al cuidador principal en la atención al enfermo y que en muchas ocasiones ocupan un protagonismo importante en los cuidados.

Son esos hijos, hermanos, vecinos, amigos, primos, tíos, etc. que siempre están ahí para ayudar y apoyar al cuidador principal y que, aunque no lo parezca, sufren tanto o más que ellos, porque no solo ven sufrir al enfermo sino a quien los cuida, y el dolor es doble y la impotencia de no poder hacer más se acrecienta.

Por eso hoy queremos mostraros esta entrevista, tan emotiva y esclarecedora, a la hermana de una mujer con parálisis cerebral, que explica desde el afecto y el cariñó, lo que supone ser cuidador secundario de un enfermo, y los gastos afectivos, físicos y emocionales que este hecho conlleva.

 

Solemos estar habituados a hablar de la persona principal de apoyo o del cuidador principal, pero también hay cuidadores secundarios. Suelen ser ellos los que cuidan al cuidador principal y también, aunque no de manera permanente, a la persona dependiente. Pero a los cuidadores secundarios, ¿quién les cuida? ¿Cómo influye en su vida el hecho de cuidar?

Para conocer de cerca esta realidad del cuidado en segundo plano, nos hemos entrevistado con Almudena, que tiene una hermana con parálisis cerebral.

RC.- ¿Qué ha supuesto para ti tener una hermana afectada de parálisis cerebral y cuidada de maravilla por tu madre?

A.- He tenido que saber buscar y encontrar un equilibrio entre mi vida personal y profesional, y ayudar a mi madre y al resto de mi familia. Esto traducido a la práctica implica tener una disponibilidad y buscar un tiempo para estar con ellas y atender sus necesidades.

RC.- Esto ha condicionado tu vida, quiero decir, nunca te planteaste por ejemplo vivir en el extranjero, irte fuera una temporada.

A.- Sí, en cosas como estas quizás pueda parecer que tienes que hacer concesiones, pero yo nunca lo he vivido así, sino de manera natural. Nunca me he planteado irme un año fuera, pero cuando en varias ocasiones he querido irme un mes, lo he hecho. Podría haber decidido distanciarme más, pero siento que es importante apoyar a las personas que tienes cerca.

RC.- ¿Te has llegado a sentir culpable por tomarte un espacio y un tiempo para ti? Por ejemplo, cuando te has marchado fuera de España durante un mes.

A.- Sí, me ha costado, aunque tengo dos hermanos más que también se ocupan de ayudar a mi madre y a mi hermana pero que, por sus circunstancias personales, no están tan implicados. Cuando voy a estar fuera una temporada más larga, vemos entre todos cómo organizarnos, pero sobre todo tengo que negociar conmigo misma y darme el permiso para hacerlo.

RC.- ¿Qué te ha enseñado ser la cuidadora secundaria?

A.- Creo que cuidar de otras personas te ayuda a ser más sensible a las necesidades de otros colectivos, de otros seres humanos y creces en empatía y en valores. En mi caso, me ha impulsado a participar en proyectos de cooperación, colaborar con distintas ONGs, etc.

Fuente:  http://www.elrincondelcuidador.es/blog/cuidadores-secundarios/

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