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El estreñimiento es una afección que se da en todas las edades, desde bebes hasta ancianos, incluso todos a lo largo de nuestra vida sufrimos algún episodio, el problema es cuando se cronifica, cosa muy frecuente en la tercera edad
Las causas que provocan estreñimiento en el anciano son varias:
- Variaciones alimenticias, se reduce la ingesta de fibra, o bien por dificultades en la masticación o incluso por problemas al digerirla, lo cual provoca una disminución del volumen de la masa fecal dificultando su evacuación
- Disminución de la ingesta de agua, que provocará un endurecimiento de las heces
-Disminución de la movilidad, problema que aumenta si nuestro familiar esta encamado o en silla de ruedas. La inmovilidad disminuye los movimientos peristálticos, lo que conlleva un enlentecimiento del tránsito intestinal, mientras más permanecen las heces en el intestino mayor agua se extrae de ellas, dificultando aún más su eliminación.
- Medicación, el uso y abuso de algunos medicamentos provocan estreñimiento, como el uso de diuréticos, que al favorecer la eliminación de líquidos deshidratan las heces aún más.
- Algunas patologías hacen ser más propensos al estreñimiento, o incluso algunos síntomas asociados a las mismas, por ejemplo las bradicinesias asociadas a las degeneraciones de SNC disminuyen también los movimientos peristálticos.
A estas causas generales debemos añadirle una que se produce en el verano, el aumento de sudor provoca en muchos ancianos una ligera deshidratación que secan aún más las heces, dificultando su eliminación, al igual que por regla general en verano nos permitimos “licencias alimentarias” que precisamente no nos ayudan a defecar mejor.
La mejor manera de afrontar el estreñimiento es prevenirlo, para ello os damos unos pequeños consejos:
- Aumentar la cantidad de agua ingerida, mínimo litro y medio repartido a lo largo del día
- Aumentar la cantidad de fibra diaria, tanto en purés como en batidos, podemos añadirle una cucharada de fibra extra, como salvado de trigo de avena, semillas de lino…
- Luchar contra la inmovilidad prolongada, favorecer el ejercicio físico bien mediante paseos o realizando ejercicios de miembros inferiores, que nos aumentarán la presión abdominal. Si estos no fueran posibles de manera activa, los realizaremos de manera pasiva.
- Masaje abdominal, que nos ayudara, no solo a la movilización de las heces sino también facilitara los movimientos peristálticos.
La semana próxima os mostraremos un efectivo masaje para facilitar la evacuación y una sencilla tabla de ejercicios que podréis realizar con vuestro familiar.
Marina Preciado Hortigón (Fisioterapeuta Centro de Día de Alzhéimer “Tierra de Barros”)
