Hoy os invitamos a que veáis este emotivo vídeo que despierta la reflexión en quienes decidan visualizarlo. Es una reflexión sobre dos visiones de la vida que parecen opuestas en sí mismas, la de un niño y la de un anciano, pero que al final confluyen en un mismo horizonte, porque en último término, la vida la viviremos como nosotros decidamos, y en nuestro interior llevaremos siempre esas dos actitudes.
A veces seremos niños, a veces ancianos, pero tarde o temprano, comprenderemos que el camino es un continuo y como tal hay que vivirlo.
Dedicado especialmente a quienes tienen la sensación de que a pesar de cumplir años, aún les queda mucho por vivir.
Ojalá os remueva y os haga sentir que aún queda mucho camino que recorrer.