Este es el caso que venimos a tratar hoy, un problema que nos ocurre con frecuencia a todos, pero que en un enfermo de Alzheimer debemos de prestar mayor atención: LAS CERVICALGIAS.
Esto que suena a enfermedad grave es una cosa muy sencilla, cervicalgia significa dolor cervical, dolor que afecta a la nuca y las vértebras cervicales y que puede extenderse al cuello, la cabeza o a las extremidades superiores. Se puede sentir hormigueo y adormecimiento en los dedos de la mano, o incluso notar mareo y náuseas.
No todos nuestros pacientes serán capaces de trasmitirte que les ocurre, habrá quien se levante con dolor un día y te lo diga claro; “me duele el cuello” y habrá quien, o bien no sepa que le ocurre o bien no sepa como expresarlo, y se encuentre más irritado, enfadado, agresivo e incluso decaído. Por eso es importante prestar atención a las manifestaciones físicas del problema cervical.
En muchas ocasiones el problema cervical viene acompañado de limitación de movimiento, en este caso es fácil de ver, porque el paciente o bien tiene torticolis (cabeza inclinada hacia un lado) o bien mantiene el cuello rígido y se mueve en bloque, no gira la cabeza. También son fáciles de identificar los mareos, el problema principal, en este caso, es que se caiga antes de que nos hayamos dado cuenta de la afectación cervical.
El dolor a la palpación de la zona afecta y la inflamación de la misma nos confirmará que estamos ante un problema cervical, y que debemos acudir al médico o al fisioterapeuta para que se pueda actuar y disminuir el dolor de nuestro enfermo.
El tratamiento fisioterápico dependerá no solo del origen y los síntomas de la lesión, sino que dependerá también del estado cognitivo, según las características de cada uno podremos aplicar, termoterapia, masoterapia, electroterapia, estiramientos activos o pasivos de la zona…
Lo que sí se puede hacer en casa, no solo para tratar el dolor cervical sino también como prevención para que no aparezca, mantener la una buena postura durante el tiempo que está sentado o en la cama es esencial, sobretodo en fases más avanzadas donde la bradicinesia va inhibiendo la movilidad voluntaria, para evitar esto es bueno no dejar a nuestro familiar mucho tiempo en la misma posición, sino realizar cambios posturales activos, pidiéndole que se mueva de manera autónoma o pasivos.
Marina Preciado Hortigón. Fisioterapeuta de Alzhéimer “Tierra de Barros”