Pero, este año hemos querido centrarnos en el binomio indispensable de esta enfermedad, la figura del cuidador. Echando al fuego todas aquellas emociones y sentimientos que permanecen en una cara invisible. Sobre todo, cuando no existe un grado de conciencia elevado sobre esta enfermedad.
En el Centro de día no ignoramos la angustia, culpa, soledad, irritabilidad, conflictos internos personales o familiares, el insomnio, la tensión, la tristeza, el estrés, depresión, miedos, apatía, desmotivación, sobrecarga, cansancio, impotencia… que viven latente en la vida de los cuidadores principales. Queriendo siempre hacer hincapié en la fundamentalidad de una visión de intervención global, para poder transformar esta cara invisible en visible. Transformando este camino en un acompañamiento conjunto, abordando esta enfermedad desde la comprensión, el buen manejo, la aceptación y la dignidad.
Psicología Alzheimer.