Martes, 11 Febrero 2014 11:44

NO HAY OBSTÁCULOS QUE NO PUEDA VENCER EL AMOR

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Esta es una de esas noticias que solo al leerla nos enternece el corazón, y nos hace ver que, a pesar de todo lo que el Alzhéimer nos roba, siempre habrá algo que nunca nos podrá arrebatar, EL AMOR HACIA EL ENFERMO.

Prueba de ello es la iniciativa y original idea del protagonista de esta noticia, un “marido enamorado y agradecido a su mujer enferma de Alzhéimer”, que para seguir compartiendo con ella una de las actividades que más les gusta a la pareja, ha creado una bicicleta adaptada para poder enganchar la silla de ruedas a la misma y así salir a pasear con ella.

Esta noticia me hace recordar esa magnífica frase de Mario Benedetti, que a pesar de los días grises y llenos de tristeza, nos hace no tirar la toalla en esta encarnizada y dura lucha contra esta horrible y cruel enfermedad ladrona de recuerdos.

“NO TE RINDAS....
PORQUE CADA DIA ES UN COMIENZO NUEVO,
PORQUE ESTA ES LA HORA Y EL MEJOR MOMENTO, 
POR QUE NO ESTAS SOLO PORQUE YO TE QUIERO.”

 

“Desde el momento en el que se levanta hasta que se acuesta, hago absolutamente todo por ella. Le lavo los dientes, le pongo sus vestidos, la baño… Pero para mí es un privilegio cuidar de la mujer a la que he amado estos años y sigo amando”. Así empieza Bill a contar su historia justo a Glad, su mujer, en un vídeo que ha causado furor en las redes sociales.

Esta pareja lleva 50 años casados. En 2004 a Glad le diagnosticaron Alzheimer. Poco a poco ella fue perdiendo facultades y, a día de hoy, no puede realizar ninguna actividad por sí misma.

 

Desde que se conocieron siendo niños, a la pareja le encantaba montar en bicicleta. Cuando se casaron, incorporaron unas cestas para poder salir con los niños. Era una tradición. Cuando Gald enfermó, su marido no se resignó y creó una bicicleta con una silla de ruedas incorporadas. Gracias a este artilugio, puede seguir paseando a diario con su mujer.

 

“La bicicleta ha formado parte de nuestras vidas y lo sigue siendo ahora. La gente cuando nos ve, se para a hablar con nosotros porque hacemos algo único, nadie más tiene una silla-bici como esta”, cuenta Bill.

 

Pese a lo que muchos pudieran pensar, este anciano no ve a su mujer como una carga, sino todo lo contrario. “Estoy decidido a cuidar de ella y hacer cada cosa que necesite. Dios nos ha amado incondicionalmente y ha puesto su amor en mi corazón. Precisamente por ser consciente de ese amor, puedo querer a mi esposa de la misma manera. Ella ha hecho mucho por mí en estos años y ya no puede hacerlo, pero yo sí puedo devolverle todo el amor que me ha dado y hacer todo por ella", concluye el anciano.

 

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