Esta es la historia de Ada y de su hijo Tom, de 80 años. La historia de una mujer casi centenaria que se ha trasladado a vivir a la residencia donde está su hijo, para cuidarlo porque sufre el devastador mal de alzhéimer.
Una historia increíble, llena de valentía y amor, que demuestra lo que tantas veces hemos repetido, que el amor es la única fuerza capaz de vencer al olvido.