Jueves, 23 Enero 2014 09:53

VIAJE EN EL TIEMPO PARA LUCHAR CONTRA EL ALZHEIMER EN EL "PUEBLO SIN MEMORIA"

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Hogewey en Holanda, fue el primer “Pueblo sin memoria” que se creó como experiencia piloto para trabajar de forma terapéutica en espacio real con enfermos de Alzhéimer y demencias afines. Ahora, es en Wiedlisbach, cerca de Berna (Suiza), donde se está construyendo un pueblo de similares características, con capacidad para 200 residentes.

Lo más significativo y novedoso de estas dos iniciativas es la singularidad de crear un entorno único, una pequeña ciudad con todas las características y servicios de una “de verdad”, pero simulada y adaptada a los enfermos que esta patología. Un Pueblo donde no eres raro, ni diferente, ni extraño por no pagar correctamente en un supermercado; donde no te miran mal por no saber respetar el turno en la cola del banco.

Es, en definitiva, un pueblo sin memoria, sin estrés, sin miedo, sin depresión y angustia……todos esos sentimientos negativos y perjudiciales que sufre un enfermo de Alzhéimer cuando se da cuenta de que ya no es capaz de ser el que era.

El objetivo, por tanto, es disminuir los niveles de ansiedad y depresión del enfermo, creando un entorno tranquilo y alejado de los típicos estresores cotidianos que tanto aceleran el curso de la enfermedad.

Es un “Pueblo sin memoria”, sin prejuicios, sin angustias……….es un pueblo lleno de personas que dentro de su olvido, al menos “son felices”.

 

Hace meses publicamos en estas páginas un post sobre la experiencia holandesa de Hogewey, un centro experimental para pacientes de Alzheimer. Pues ya hay una segunda iniciativa, basada en las mismas premisas, pero esta vez en Suiza. En Wiedlisbach, cerca de Berna, se está constuyendo ya un nuevo centro para doscientos residentes.

La apertura tendrá lugar en 2019 y, al igual que el centro holandés, en Wiedlisbach se está recreando un pueblo, con estética de los años 50. La época en que los enfermos de Alzheimer que van a vivir allí eran jóvenes y estaban en plenas facultades.

Por ese motivo allí podremos ver los floreados papeles pintados y los muebles y diseños de la postguerra mundial, y podremos escuchar música jazz y rockabilly en la radio; con la voluntad de recrear aquel momento hasta las enfermeras vestirán uniformes de los 50.

Este “viaje en el tiempo” tiene un efecto terapéutico en los pacientes pues, mientras les es imposible recordar lo que han hecho hace apenas unos minutos, mantienen unos recuerdos muy vivos y detallados de su vida más lejana. Al parecer, y con los datos recogidos hasta la fecha, llevarles a aquella etapa de su vida tiene un efecto calmante muy beneficioso para ellos.

Estudios realizados han demostrado el negativo efecto que la depresión ejerce sobre el Alzheimer. En pacientes depresivos,- hecho frecuente por otra parte-, se observa una aceleración en el progreso de la enfermedad y un mayor y más rápido deterioro cognitivo.

Y en este aspecto experiencias como HogeweyWiedlisbach aportan la tranquilidad y la calma que ayudan a un mejor equilibrio emocional de los enfermos, que se sienten cómodos en un entorno conocido. Estos modelos forman parte de lo que conoce como “estrategia de enriquecimiento ambiental”. 

Se busca aumentar la actividad cerebral y mejorar, así, el aprendizaje y la memoria del paciente. Un estilo de vida saludable y actividades estimulantes como escribir, cantar, leer o socializar, harán que el cerebro trabaje mejor, aumentará el crecimiento de conexiones neuronales y evitará la aparición de nuevas placas amiloides,- responsables bioquímicos de los daños estructurales en el cerebro de los enfermos de E.A.-.

En palabras de Robinson Cuadros, miembro de la Asociación Colombiana de Gerontología y Geriatría, “…en la batalla contra la enfermedad (Alzheimer) todas las propuestas que sirvan para brindarles seguridad y tranquilidad a los pacientes son valiosas”

Con la perspectiva de que en 2050 habrá más de 85 millones de pacientes de Alzheimer en el mundo, más del doble que en la actualidad, se trabaja incansablemente en la búsqueda de soluciones y en la obtención de una mejor calidad de vida para estos enfermos.

La única pega es el elevado coste de este tipo de asistencia. Se prevé que en Wiedlisbach la estancia mensual tendrá un precio en torno a los 5.000 € mensuales… evidentemente eso no está al alcance de una mayoría. Confiemos en que la creciente necesidad de recursos y de atención a estos pacientes permita, en un futuro, disponer de una oferta más asequible.

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