Por casualidad y casi sin proponérmelo, navegando por la inmensa red virtual que supone internet buscando contenidos interesantes para compartirlos con vosotros en nuestra web, encontré la carta de un lector del periódico “La nueva España”, y decidí leerla solo por cómo se titulaba, “Alzhéimer”.
Me quedé sin palabras, sin aliento, sin recursos para expresar lo que leerla despertó en mi interior. Solo puedo deciros que me aprisionó la garganta ese nudo de la emoción que nos empaña los ojos de lágrimas cuando algo que vemos o leemos nos llega dentro, muy dentro.
Es una de las reflexiones sobre el alzhéimer más hermosas que he leído en mucho tiempo.
Una sencilla carta, que con muy pocas palabras nos trasmite infinitos mensajes.
Os invito a leerla y a emocionaros con ella.
Merece la pena compartir joyas así.