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En el artículo que os presentamos a continuación se hace una extensa referencia a cuáles son, hoy por hoy, los principales factores de riesgo que pueden predisponer a una persona a padecer en un futuro el mal de alzhéimer.

No es la primera vez que hablamos de este tema, y tampoco será la última porque, entre otras cosas, tenemos muy claro que uno de los factores más importantes para abordar la enfermedad es estar informados de lo que puede perjudicarnos y lo que nos beneficia y nos protege ante la misma.

Así que, sin más preámbulos, os invitamos a leer el artículo y recordar lo que puede precipitarnos más rápidamente al abismo del olvido.

Roncar en sí no debe catalogarse como sinónimo de enfermedad o un problema de salud. Es verdad que sus efectos son más negativos y molestos para el que está al lado escuchando ese ruido incesante que para quien lo emite, pero sí que es verdad, tal y como han asegurado científicos de Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Respiratorias (CIBERES) en el Institut de Recerca Biomèdica de Lleida, que la forma del ronquido puede alertar de manera precoz sobre posibles enfermedades futuras.

La conclusión es clara. Si el ronquido es entrecortado es conveniente acudir al médico porque puede ser un indicio de que la persona sufre apnea del sueño. Una patología respiratoria que cada vez sufren más personas y que puede precipitar la aparición de determinados tipos de cáncer. La novedad es que ahora hay investigaciones que se están llevando a cabo para comprobar si la apnea también puede tener relación directa con la aparición del mal de Alzhéimer.

Si al final se confirmara que es un factor precipitante, roncar entrecortadamente puede ser una pieza más del engranaje de síntomas físico a tener en cuenta para detectar precozmente el Alzhéimer.

No es nuevo el hecho de que la hipotermia (bajas temperaturas corporales) tiene un efecto de protección sobre el cerebro y se ha demostrado que el frío evita la asfixia del bebé durante el parto. Tras estas constataciones hay un estudio de investigación novedoso que está investigando si una bajada brusca de la temperatura también protege a nuestro cerebro de la degeneración neuronal y la pérdida de memoria, dos síntomas típicos de las demencias neurodegenerativas. El estudio que se ha publicado en la revista “Nature”, ha utilizado ratones que padecían alzhéimer u otras enfermedades neurodegenerativas.

“Un golpe de hipotermia de 45 minutos a unos 16 grados de temperatura bastó para que los ratones perdieran buena parte de sus sinapsis en el hipocampo, uno de los epicentros cerebrales de la memoria. Al recobrar la temperatura normal, los ratones más jóvenes recobraron sus conexiones entre neuronas, pero los más mayores no.”

Si al final la bajada de temperatura puede conseguir regenerar también la estimulación sináptica en ratones mayores, podríamos estar ante un posible tratamiento para revertir la muerte neuronal que caracteriza al mal de alzhéimer y demencias afines.

Seguiremos atentos a este hallazgo por si de aquí a un tiempo no muy lejano nos da alguna alegría.

Un grupo de científicos de la “Wake Forest Baptist Medical Center en Winston-Salem” (EEUU) han descubierto en un estudio reciente que es posible que hayan encontrado un tratamiento nuevo muy esperanzador para tratar la enfermedad del olvido (un espray nasal de insulina).

La investigación, bajo la dirección de Suzanne Craft, profesor de gerontología y geriatría en Wake Forest, descubrió que el aerosol también puede resultar efectivo para los pacientes con deterioro cognitivo leve (DCL), que afecta al 10-20% de las personas mayores la edad de 65 años.

Si al final se consigue constatar en humanos dicha eficacia podríamos encontrarnos ante un nuevo fármaco para la enfermedad.

No es la primera vez que los investigadores establecen una relación directa entre la depresión y el mal de alzhéimer pero ahora podemos remitirnos a un estudio científico publicado en la revista “Neurology” que confirma las sospechas que ya se tenían al respecto. El estudio concluye que la depresión y otras modificaciones de conducta suelen aparecer en personas que después desarrollaran la enfermedad de Alzheimer. Además no solo se ha verificado este dato, sino que dichos síntomas podrían aparecer antes de que comiencen los problemas de memoria. 

Siempre se ha sabido que uno de los problemas que mayor sensación de malestar emocional crean en quienes lo padecen es la soledad, o la sensación de sentirse solos. En esta ocasión ha sido  una nueva investigación la que ha unido la soledad emocional a unas respuestas disfuncionales del sistema inmune.  El hallazgo sugiere que la soledad es dañina para nuestra salud en general. Los científicos encargados de la investigación también concluyeron  que las personas que estaban más solas manifestaban signos altos de reactivación del virus latente del herpes y un aumento en la producción de proteínas relacionadas con la inflamación en respuesta al estrés. Estas proteínas señalaban la presencia de inflamación crónica que está relacionada directamente con numerosas enfermedades como enfermedad cardíaca coronaria, diabetes de tipo 2, artritis y enfermedad de Alzheimer.

Visto lo visto, está más que claro que unas relaciones sociales sanas actúan de protección para un sentimiento tan negativo como la soledad, que a la larga puede influir aunque sea de forma indirecta en la aparición de la enfermedad del olvido.

La Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA) de Estados Unidos acaba de dar vía libra a NAMZARIC, un nuevo fármaco para tratar la demencia alzhéimer, creado por las farmacéuticas Actavis Plc y Adamas Pharmaceuticals Inc.

Este fármaco, tiene como principal objetivo enlentecer el desarrollo de la enfermedad en sus fases leves y moderadas  utilizando una combinación, en un solo comprimido, de memantina y donepezilo, los compuestos químicos de los dos fármacos que actualmente existen para el tratamiento de la demencia alzhéimer y que hasta ahora se tenían que recetar y administrar por separado.

Con este avance, Namzaric permitirá a los pacientes tomar los dos medicamentos en uno y potenciar así la acción de los mismos.

Esperemos que los resultados en EEUU sean positivos y muy pronto Europa tomé la misma decisión.

Este artículo es un ejemplo más de la importancia de determinadas actividades para envejecer cerebralmente de una forma sana y positiva.

Las palabras, las sonrisas, el baile, tres actividades tan comunes en la vida diaria y a la vez tan importantes para nuestro cerebro que deberíamos realizarlas con asiduidad para darle a nuestra mente una inyección de energía y de salud.

Ojalá leamos, riamos y bailemos más, no solo porque son actividades que repercuten en nuestro bienestar psicológico y mejoran el estado de ánimo, sino porque a nuestro cerebro le alarga la vida.

Una empresa andaluza llamada “Neuron Bio” está creando una novedosa herramienta diagnóstica para el diagnóstico temprano de la enfermedad de Alzheimer en sus primeras etapas, cuando el deterioro cognitivo se presenta en forma muy leve. La técnica consiste en la identificar biomarcadores de la enfermedad mediante un análisis de algunos fluidos periféricos del organismo, tales como los que se extraen de una muestra bucal, la saliva o el fluido cervicular gingival.

Si los resultados resultan ser positivos estaríamos ante un importante hallazgo diagnóstico que permitiría de una forma sencilla y de bajo coste detectar el mal a tiempo y combatirlo en etapas muy tempranas.

Ojalá así sea.

Un grupo de científicos alemanes de la Universidad Johannes Gutenberg de Mainz han descubierto que un fármaco utilizado para el tratamiento de la psorisis (enfermedad de la piel), puede mejorar las capacidades que se pierden con el mal de alzhéimer, tales como atención o memoria, debido a que estimula la producción cerebral de una enzima protectora para este tipo de patologías neurodegenerativas.

Si los resultados resultan ser concluyentes y se prueba su eficacia en humanos afectados por el mal del olvido, podemos estar ante un nuevo fármaco utilizable para la enfermedad.