Todo comenzó hace siete años, cuando a Steve le diagnosticaron con alzhéimer precoz. Su esposa tuvo que ingresarlo en una residencia especializada para este tipo de enfermos. Y todo iba de maravilla, él recibiendo sus tratamientos y cuidados, y ella acudiendo a verlo todos los días.
Pero en marzo todo cambió, porque el confinamiento impuesto en florida hizo Que Mary pasara 111 días sin ver a su marido.
Pero entonces, y dado el grado de tristeza y angustia que ella sufría por esta situación, desde el centro le propusieron trabajar como lavaplatos en el comedor de la residencia para así poder ver y estar cerca de su esposo.
Sin dudarlo, aceptó, y es que ella es un claro ejemplo de lo que siempre decimos, que el alzhéimer NUNCA podrá vencer al amor.
Fuente: https://www.clarin.com/internacional/estados-unidos/coronavirus-consigue-trabajo-lavaplatos-geriatrico-poder-ver-esposo-alzheimer_0_XY2r1BX5c.html