Desde aquí, nuestro más sincero agradecimiento a Don Rafael, Párroco de nuestra localidad, que como cada año nos brindó su ayuda y generosidad, y a todas aquellas personas que con su asistencia y colaboración contribuyeron a que el mal de alzhéimer sea cada vez más visible ante el mundo.
También queremos agradecer al Orfeón Parroquial de San Roque, que nos acompañara con sus magníficas voces, demostrando por tercer año consecutivo, que la música es la única fuerza capaz de vencer al olvido.
Solo nos que daros las GRACIAS POR NO OLVIDAR A LOS QUE YA NO RECUERDAN.