Miércoles, 23 Diciembre 2015 08:00

LA FOTÓGRAFA IONE ATENEA Y SU VISIÓN DEL ALZHEIMER

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Bajo el título 24/07, Ione Atenea presenta esta exposición fotográfica tan interesante y distinta en su esencia que pretende ir explicando a través del sentimiento la historia de su abuelo Pedro, enfermo de alzhéimer, utilizando como nexo conductor sus propios recuerdos. Con un total de 46 instantáneas y 3 paneles de vinilos con  los textos explicativos, Ione plasma una representación subjetiva y al mismo tiempo real, de la memoria y la identidad. Como bien dijo ella “Cuando una persona pierde su memoria parece como si, con ella, perdiera su identidad”, por eso esta exposición es un reflejo más de la importancia de inmortalizar los recuerdos para que no se desdibujen con las cicatrices de la desmemoria.

Enhorabuena Ione Atenea, por esta magnífica obra sobre la enfermedad del olvido. 

 

PAMPLONA - La artista navarra Ione Atenea Lameiro retrata, en su primera exposición individual en la Ciudadela, el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer de su abuelo. Lo hace de un modo “delicado, emotivo y sutil”, sin caer en el sentimentalismo, según subraya el comisario de la muestra, Clemente Bernad, para quien las fotos de archivo, los paisajes elaborados en el proceso de duelo y los manuscritos de su abuelo crean una mezcla “hábil y compleja”. La exposición, que se encuentra en el Pabellón de Mixtos de la Ciudadela, permanecerá hasta el 10 de enero.

Bajo el nombre 24/07, Ione Atenea reconstruye la historia de su abuelo Pedro a través de los recuerdos. A través de un total de 46 imágenes de diversos formatos y 3 paneles con vinilos en los que se incluyen los textos explicativos, la artista realiza una interpretación de los hechos, una representación totalmente subjetiva como lo son la memoria y la identidad. “Cuando una persona pierde su memoria parece como si, con ella, perdiera su identidad”, dijo la Atenea en la presentación de la exposición, en la cual se aprovecha de los errores fotográficos como “metáforas de estos dos conceptos vulnerables, cambiantes y parciales, tan unidos a la ontología del medio que utiliza”. El uso que hace del color y la falta de nitidez de muchas de sus imágenes muestran el tiempo representado como un sueño, con un toque de irrealidad, desdibujando la frágil frontera entre la realidad y la ficción.

Este proyecto comenzó cuando Pedro comenzó a perder su memoria. “Inicié este trabajo a partir de la profunda atracción que ejercían sobre mí las imágenes que tenía sobre mi abuelo”, contó la artista. “Sentía que en ellas se escondía un misterio esencial que me ayudaría a comprender la complejidad de su enfermedad y trabajando con los documentos que había recopilado durante años empecé a generar reflexiones en torno a la memoria y su relación con la identidad, y también en torno a la propia fotografía”, agregó. Según destacó Clemente Bernad, que coordina la exposición junto con Carolina Martínez, “este trabajo apela, en cierta forma, a la memoria como algo intrínseco al lenguaje fotográfico”.

Asimismo, Bernad subrayó que en esta muestra parece que “el tiempo está detenido”. “Refleja la lentitud, algo muy importante en fotografía, más ahora que todo va tan rápido; en esta exposición el tiempo se detiene”, remarcó.

CUATRO GRUPOS DE IMÁGENES El proyecto está formado por cuatro grupos de imágenes. Por un lado, las fotografías que tomó para documental el proceso de la enfermedad y la muerte. Algunas de ellas están subexpuestas, otras desenfocadas o escaneadas al revés. Por otro lado, la artista también ha recogido imágenes de los álbumes familiares. Parte de estas fotografías “están descoloridas, se desvanecen, están muriendo”, comentó Atenea. Precisamente, Bernad señaló que “la falta de nitidez o de color en algunas fotografías es natural y la artista insistía en que se mantuvieran estos errores”.

También hay una recopilación de textos escritos por su abuelo en los que se ve cómo la demencia lo va deteriorando. A cada uno de ellos lo acompaña un retrato tipo carnet de identidad, hechos en diferentes momentos de su vida. Por último, muchas de estas fotografías se acompañan de una colección de paisajes que la fotógrafa navarra tomó durante el proceso de duelo a modo de reflexión. “Estos paisajes son una metáfora de la complejidad del cerebro; además, son los mismos caminos por los que él paseaba, por los alrededores de Lerga”, señaló la fotógrafa.

DONDE ALGO EMPIEZA, ALGO ACABA La estructura del trabajo es una especie de palíndromo. Algunas de las narraciones avanzan cronológicamente como las fotografías del álbum, los paisajes y los retratos, mientras que otras lo hacen a la inversa, como los textos de su abuelo y las fotografías documentales. Y todas ellas se presentan entrelazadas. “Esta estructura refuerza la idea de la vida y la muerte como un ciclo; donde algo acaba, algo empieza”, indicó Ione Atenea. Según el comisario, “las capas se entrecruzan y se mezclan de una forma hábil que dota a la muestra de una complejidad muy importante”.

Tal y como manifestó Bernad, se trata de un trabajo “delicado, emotivo y sutil, respetuoso pero no pudoroso”, en el que las fotografías son naturales y “no rebuscan en el morbo y el sentimentalismo”.

Una vez finalizado el proyecto, la artista destacó que le ha ayudado “a entender más esta enfermedad, a verla desde otras perspectiva y a comprenderla como algo de la vida”. Asimismo, admitió que “es complicado enseñar este tipo de trabajos tan personales porque te expones mucho al público”, aunque subrayó que le ha “gustado mucho cómo ha quedado”.

En la presentación de la muestra también estuvo presente María Ángeles García, de la Confederación Española de Asociaciones de Familiares de Personas con Alzhéimer y otras Demencias (CEAFA), entidad que se beneficiará de parte de la recaudación que se obtenga por la venta del libro de la exposición, que puede adquirirse en la misma sala a un precio de 20 euros.

EN CORTO

Fechas y horarios. La exposición permanecerá en el Pabellón de Mixtos de la Ciudadela hasta el próximo 10 de enero. El horario de visita es de martes a viernes, de 18.00 a 20.30 horas; los sábados, de 12.00 a 14.00 horas y de 18.00 a 20.30 horas; y los domingos y festivos, de 12.00 a 14.00 horas. Entre el 22 de diciembre y el 5 de enero, cambiará el horario y la exposición abrirá de 12.00 a 14.00 horas. El espacio estará cerrado los días 21, 25 y 26 de diciembre y los días 1, 4 y 6 de enero.

 

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