No imaginamos el enorme potencial de nuestro inconsciente. Todo lo que hemos vivido, aunque no lo recordemos, está allí. Podemos reconocer muchas cosas como vistas, leídas, vividas, oídas… que no podemos recordar. Están ahí, pero nos resulta imposible acceder. Es más, en nuestro inconsciente existe información que quizá nunca hemos sido conscientes de captar, ya que lo hemos hecho de forma subliminal. Nuestro inconsciente es nuestro sabio interior. Sabe mucho más que nosotros. Si lográramos comunicarnos con él, nuestras capacidades se verían multiplicadas de forma asombrosa. Nos pasaría que con leer un libro una vez, ya lo tendríamos allí accesible para siempre.