Considere la capacidad de la persona para colaborar. Mientras sea posible anímela para que se mueva o desplace por ella misma o con poca ayuda. Así contribuye al mantenimiento de sus capacidades residuales.

Considere el peso corporal de la persona. Si no está seguro de poder moverla no dude en solicitar la ayuda de otra persona o utilizar un dispositivo de ayuda (por ejemplo una grúa...).

Planifique la tarea. Asegúrese de que la cama, silla o sillón son estables, dispone de espacio suficiente para moverse, el paso está despejado de muebles u obstáculos, puede contar con ayuda de otra persona o de una grúa. Revise los pasos que va a seguir para realizar la tarea. Disponga de almohadas o cojines para acomodar a la persona al finalizar el movimiento.

Establezca una base. Mantenga la espalda recta; las piernas separadas; las rodillas flexionadas; los pies separados al ancho de los hombros, ligeramente adelantado uno respecto del otro para aumentar la base de sustentación, orientados en la dirección en la que va a realizar el movimiento.

Agarre bien. Use las palmas de sus manos para agarrar a la persona y asegúrese de que la tiene bien sujeta antes de moverla.

Manténgase cerca de la persona. Mientras más cerca estén sus brazos del cuerpo de la persona menos peso pondrá usted en su espalda.

Levante en forma estable. Use la fuerza de sus piernas para levantarse y moverse de manera suave y controlada. En el momento del esfuerzo, tome aire previamente y retenga el aire manteniendo los músculos abdominales firmes y su cabeza y hombros rectos.

Evite movimientos de torsión del tronco. Mueva sus pies al realizar los giros para evitar sobrecargar la espalda con rotaciones.