El objetivo es comprobar si con una inyección mensual se puede frenar el avance del alzhéimer y salvaguardar el cerebro del deterioro cognitivo. Los investigadores creen que la clave puede estar precisamente en el momento de la enfermedad en la que se administra el tratamiento.
«La esperanza está en el horizonte», aseguró al «Daily Telegraph» Eric Karran, director de investigación de Alzhéimer en el Reino Unido. El objetivo es utilizar medicamentos contra el alzhéimer ante los primeros síntomas, al menos diez años antes de que la enfermedad haya evolucionado por completo. O a pacientes con un mayor riesgo de demencia. Funcionaría como las estatinas, los medicamentos contra el colesterol que se prescriben a pacientes con factores de riesgo de sufrir un ictus o un infarto. Al igual que se prescriben pastillas para evitar un problema cardiovascular se recetarían fármacos para prevenir la demencia.
Los tratamientos actuales no funcionan
Los medicamentos que se están prescribiendo ahora contra el alzhéimer pueden enmascarar los síntomas, pero no consiguen frenar el progreso de la enfermedad y los daños en el cerebro. La investigación con escáneres cerebrales han descubierto que la enfermedad empieza a cambiar el cerebro de sus víctimas hasta una década antes de que aparezcan los síntomas. Si se proporciona medicamentos efectivas cinco o diez años antes de que la condición se desarrolle se daría un golpe certero a la epidemia.