El resveratrol, un polifenol procedente de las pieles de las uvas y presente en vinos, más en tintos que blancos, es el responsable del efecto protector frente a la enfermedad de Alzheimer, según un estudio de la universidad estadounidense de Georgetown.
Este estudio clínico, diseñado para analizar el papel de altas dosis de resveratrol a largo plazo en las personas con alzhéimer leve a moderado, realizado en 119 personas que padecen la enfermedad a los que se les suministró resveratrol purificado, consiguió reducir los niveles de la enfermedad evaluados a través de biomarcadores.
Los resultados, publicados en la revista Neurology son "prometedores", destaca R. Scott Turner, director del Departamento de Trastornos de Memoria en la Universidad de Georgetown, aunque advierte que es necesario contrastar los resultados con estudios adicionales.
Los 119 participantes tomaron dosis elevadas de resveratrol purificado dos veces al día, es decir, el equivalente a la cantidad que se encuentra en alrededor de 1.000 botellas de vino tinto.
Los pacientes que fueron tratados con estas dosis de resveratrol durante 12 meses mostraron poco o ningún cambio en los niveles de amiloide beta40 (Abeta40) en la sangre y el líquido cefalorraquídeo. Sin embargo, aquellos que tomaron placebo tuvieron una disminución en los niveles de Abeta40 en comparación con sus niveles al inicio del estudio.
"La disminución en los niveles de Abeta40 provoca un deterioro en la enfermedad de Alzheimer", explica Turner.
Con todo, el estudio parece que sí ha constatado algo relevante: El resveratrol fue capaz de atravesar la barrera sanguínea del cerebro.
PREVENCIÓN DE ICTUS
El resveratrol activa las proteínas llamadas sirtuinas, las mismas que son activadas por la restricción calórica. El mayor factor de riesgo para el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer es el envejecimiento; además, algunos estudios con animales han visto que la mayoría de las enfermedades relacionadas con la edad -incluyendo la enfermedad de Alzheimer- pueden prevenirse o retrasarse mediante la restricción calórica a largo plazo.
Por otro lado, cuando se analizaron los escáneres de resonancia magnética del cerebro de los participantes, antes y después del estudio, se observó que los tratados con resveratrol perdieron más masa cerebral que los del grupo tratado con placebo, lo que supone toda una incognita para los investigadores. "No sabemos todavía cómo interpretar este hallazgo", reconoce Turner. Aunque barajan la hipótesis de que el resveratrol puede reducir la inflamación característica de la enfermedad de Alzheimer, y de otras enfermedades como el Ictus (derrame cerebral) o los infartos.
Debido a que el fármaco fue tolerado sin ningún tipo de complicación y no se presentaron efectos adversos, los investigadores están preparando actualmente un ensayo clínico en varios centros médicos para administrar resveratrol a pacientes de Alzheimer con la intención de reducir la enfermedad o a personas con riesgo de la padecerla con la intención de prevenirla.
El resveratrol es un polifenol de origen vegetal, presente en varios frutos como las uvas, nueces, o el aceite de oliva. El resveratrol es muy abundante en el vino tinto debido a la alta concentración de este compuesto en la superficie de la piel de la uva y su maceración durante la elaboración. Los efectos antioxidantes y protectores en la salud ya han sido ampliamente probados.