Martes, 13 Enero 2015 08:15

ARTÍCULO DE OPINIÓN " UN OSCAR PARA LOS CUIDADORES"

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Coincidiendo con el inminente estreno de la película “Siempre Alice”, protagonizada por Juliane Moore, fiel candidata a llevarse numerosos premios tanto de crítica como de público, hemos encontrado este espléndido artículo de opinión sobre la película en sí, y los numerosos mensajes y enseñanzas de vida que trasmite.

Una película tan cruel, dura, real y al mismo tiempo tierna y llena de humor como la vida de tantos y tantos enfermos de alzhéimer y sus familiares-cuidadores.

Merece la pena leerlo, y por supuesto, estaremos deseando verla en cuanto la estrenen.

 

Alice ha salido a correr por el campus de la Universidad americana donde trabaja como profesora, tiene 50 años y está en plena forma. Pero al llegar a una rotonda se detiene desorientada. El pánico se apodera de su cerebro, no sabe qué calle tiene que tomar para regresar a casa. Todavía ignora su terrible diagnóstico: Alzheimer precoz. Su declive lo podremos ver todos desde la butaca del cine. Mañana se celebran en Hollywood los Globos de Oro y si se cumplen todos los pronósticos, la actriz Julianne Moore se alzará con uno de estos premios por su papel en 'Siempre Alice', la película dirigida por Richard Glatzer, basada en el 'best seller' de la neurocientífica y escritora Lisa Genova. También es muy probable que, un mes después, tras haber sido cinco veces nominada a los Oscar, Julianne gane por fin la estatuilla por esa interpretación en la que, según los críticos, ha sabido reflejar a través de microexpresiones de su rostro el trayecto interno que recorre el enfermo desde la lucidez a la desmemoria. Ojalá que así suceda, que le den los premios, para que el Alzheimer -que afecta a 36 millones de pacientes en todo el mundo y sufren muchos millones más de familiares y cuidadores-, pueda subirse a un escenario de visibilidad global. Porque cuando se enciendan los focos para 'Alice', otras miles de historias alejadas del 'glamour' cinematográfico, muy cercanas para tantos de nosotros, se verán también iluminadas. La película se estrena el próximo día 16 y no voy a perdérmela.

A Pilar también le encantaría ir a verla, pero no sabe si tendrá tiempo porque desde hace cuatro meses tiene plan. El mismo cada tarde, día tras día. Se pone el collar de perlas y los zapatos de tacón, pero no va a merendar con las amigas como hacía antes. No puede llegar tarde, su hermana Mercedes llevará ya un buen rato agitada preguntando cada minuto a las auxiliares del centro en el que reside si habrá salido de misa. ¡Qué paciencia! Bien lo sabe Juan, que ya no va al monte ni a 'txikitear' con la cuadrilla, se pasa las horas sentado en un sofá junto a Dori, su mujer, hablan en voz baja, agarrados de la mano, parecen felices. A veces, él llora, sobre todo cuando ella le dice que no quiere molestar, que se vaya de una vez a casa. A Gloria, el Alzheimer a veces le da tregua y justo le permite recordar, ¡vaya por Dios!, que no está en su casa. Estas últimas navidades lo ha pasado fatal. Así que su sobrina la montó en el autobús tirando de la silla de ruedas y se fueron de 'pintxos' por la Parte Vieja. Volvieron cantando. Diego era un médico muy conocido, pero hace seis años su carrera se detuvo, el guión de su historia también empezó en una rotonda, malditas rotondas. Ahora le da de comer al perro siete veces al día y ahoga las plantas, pero su sonrisa delata que vive rodeado de cariño. No hay una sola película de Hollywood con papeles suficientes para tantos actores anóminos, pacientes y cuidadores, que merecen un Oscar. Por mi parte, nominados quedan.

Fuente:ELMUNDO.es

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