Hoy queremos compartir con vosotros un precioso sobre las bienaventuranzas de un anciano que a pesar de haber perdido muchas de sus capacidades e incluso sus más preciados recuerdos, agradece en lo más profundo de su ser a quienes lo cuidan con amor y respeto en la etapa final de la vida
BIENAVENTURADOS aquellos que me hacen sentir que soy amado, que soy útil todavía y que no estoy solo.
BIENAVENTURADOS aquellos que llenan la última etapa de mi vida de cariño y comprensión.
BIENAVENTURADOS aquellos que tienen en cuenta que ya mis oídos tienen que esforzarse para captar las cosas que ellos hablan.
BIENAVENTURADOS aquellos que se dan cuenta que mis ojos están nublados y que mis reacciones son lentas.
BIENAVENTURADOS aquellos que desvían la mirada con disimulo al ver que he derramado la taza de café sobre la mesa.
BIENAVENTURADOS aquellos que con una sonrisa en sus labios me conceden un ratito de su tiempo para charlar de cosas "sin importancia"
BIENAVENTURADOS aquellos que nunca dicen "Ya me has contado eso dos veces"
BIENAVENTURADOS aquellos que entienden mi paso vacilante y mi temblorosa mano.
Y BIENAVENTURADOS los que me cuidan, los que me acogen, los que comparten mi dolor, los que permanecerán junto a mí hasta el final de mis días.