Madrid, España.- La Neuroalianza (Alianza Española de Enfermedades Neurodegenerativas) cumple un año y por este motivo, ha organizado un taller formativo para periodistas en el Hospital Universitario Ramón y Cajal donde se han expuesto los principales conocimientos sobre estas patologías.
Existen varios miles de enfermedades neurodegenerativas, entre las más prevalentes se encuentran la enfermedad de Alzheimer, en segundo lugar la de Parkinson, la esclerosis múltiple, las enfermedades neuromusculares y la esclerosis lateral amiotrófica (ELA).
En esta iniciativa de formación en salud, Juan Carlos Martínez Castrillo, coordinador de la Unidad de Trastornos del Movimiento del Servicio de Neurología del Hospital Universitario Ramón y Cajal, alerta de que “las enfermedades neurodegenerativas son seguramente la epidemia que nos está por llegar”.
Estas patologías causan la degeneración progresiva tanto del sistema nervioso central como del periférico y la mayoría tienen muy poco tratamiento o ninguno. Prácticamente ninguna de ellas tiene una cura y producen una gran discapacidad, perjudicando la calidad de vida de los pacientes e influyendo en su entorno social y laboral.
Cada vez vivimos más, sin embargo, el objetivo es lograr más años y más sanos. Martínez Castrillo advierte que aunque la esperanza media de vida aumenta, el tiempo que transcurre hasta que una persona tiene por primera vez una enfermedad crónica, prácticamente no ha mejorado desde la década de los 60.
Las patologías neurodegenerativas afectan a más de 1.150.000 personas y familias en España y 1 de cada 2.000 personas presenta enfermedades neuromusculares. Hay más de 150.000 personas con párkinson, de las cuales el 10% se encuentra en estado avanzado. Cada año se diagnostican unos 900 nuevos casos de ELA y cada 5 horas un nuevo caso de esclerosis múltiple, enfermedad que afecta a 40.000 personas.
El especialista expone que actualmente se desconoce cuándo aparecen las enfermedades neurodegenerativas y cómo diagnosticar la fase presintomática.“Cuando hay muerte neuronal y se llega al diagnóstico de la enfermedad, solo queda hacer tratamiento sintomático”, afirma el neurólogo. Por este motivo, se están buscando tratamientos que modifiquen la enfermedad, “si consiguiéramos que el paciente no evolucionara a más, habríamos ganado gran cosa” .
No obstante, las metas han de ser más ambiciosas- remarca- como buscar marcadores presintomáticos o conseguir que la degeneración neuronal se estabilice.