Miércoles, 06 Agosto 2014 10:11

TEST DE OLFATO Y OCULAR, NUEVA VÍA DE INVESTIGACIÓN PARA LA DETECCIÓN PRECOZ DEL ALZHEIMER

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Un disminución de la capacidad para identificar olores podría indicar que la persona está desarrollando deterioro cognitivo cognitiva asociado al mal de Alzheimer. Por otra parte, los exámenes oculares podrían ser indicadores de la progresión de la proteína beta-amiloide en el cerebro, cuya presencia está asociada al Alzheimer.

Estos son los resultados de cuatro ensayos clínicos de investigación, que se han expuesto en la “Alzheimer's Association International Conference” celebrada en Copenhague.

Si las conclusiones de los estudios expuestos llegan a buen puerto para la utilización rutinaria en la práctica médica, podemos estar ante la puerta que nos abra definitivamente la posibilidad de establecer un diagnóstico temprano del mal del olvido, con las correspondientes consecuencias positivas tanto para los enfermos como para sus familias.

Un nuevo biomarcador del Alzheimer consigue resultados esperados según se afirma en la Alzheimer's Association International Conference 2014

COPENHAGUE, Dinamarca, 13 de julio de 2014 /PRNewswire/ -- Un descenso en la capacidad para identificar olores podría indicar el desarrollo de una discapacidad cognitiva y de la enfermedad de Alzheimer, al tiempo que los exámenes del ojo podrían ser un indicador de la progresión de beta-amiloide en el cerebro, una proteína asociada al Alzheimer, según los resultados de cuatro ensayos de investigación clínicos indicados hoy en la Alzheimer's Association International Conference(®) 2014 (AAIC(®) 2014) celebrada en Copenhague.

 En dos de los estudios, el descenso en la capacidad para identificar olores estuvo bastante asociado a la pérdida de la función celular cerebral y progresión de la enfermedad de Alzheimer. En los otros dos ensayos, el nivel de beta-amiloide detectado en el ojo (a) estuvo bastante relacionado con la carga de beta-amiloide en el cerebro (b) y permitió a los investigadores identificar con precisión a las personas con Alzheimer en los estudios.

La proteína beta-amiloide es el material principal que se da en las "placas" cerebrales adheridas características de la enfermedad de Alzheimer. Se sabe que se da una progresión en el cerebro muchos años antes de que se den los síntomas típicos de Alzheimer de perdida de memoria y otros problemas cognitivos.

"En vista de la epidemia mundial cada vez mayor de la enfermedad de Alzheimer, existe una necesidad acuciante de disponer de un test de diagnosis sencillo y menos invasivo que identificará los riesgos del Alzheimer mucho antes en el proceso de la enfermedad", afirmó Heather Snyder, Ph.D. y director de operaciones médicas y científicas de la Alzheimer's Association. "Esto es especialmente cierto cuando los investigadores del Alzheimer hacen avanzar los ensayos de tratamiento y prevención antes del transcurso de la enfermedad".

"Es necesario realizar una investigación mayor en esta área tan prometedora de los biomarcadores del Alzheimer, ya que la detección primaria es vital para una intervención y prevención en la fase inicial, cuando los nuevos tratamientos están disponibles. Por ahora, estos cuatro estudios indicados en la AAIC señalan métodos posibles de detección primaria en un sector de investigación que selecciona las poblaciones del estudio para ensayos clínicos de los tratamientos y prevenciones del Alzheimer", explicó Snyder.

Con el apoyo de la Alzheimer's Association y de la comunidad del Alzheimer, Estados Unidos creó su primer plan nacional para hacer frente a la enfermedad del Alzheimer en el año 2012. El plan incluye el objetivo vital, que fue adoptado por el G8 en la Dementia Summit de 2013, para prevenir y tratar de forma eficaz el Alzheimer para 2025. Solo por medio de la implementación destacada y fondos apropiados del plan, incluyendo 200 millones de dólares adicionales para el año fiscal 2015 para investigación del Alzheimer, conseguiremos el objetivo. Si desea más información e implicarse, visite la página web www.alz.org [http://www.alz.org/].

A nivel clínico, en este momento solo es posible detectar el Alzheimer en su fase de desarrollo avanzada, cuando ya se ha producido el daño cerebral. Los marcadores biológicos de la enfermedad de Alzheimer podrían detectarse en una fase primaria. Por ejemplo, usando la imagen cerebral PET junto a un producto químico especializado que se vincula a la proteína beta-amiloide, la progresión de placas en el cerebro puede revelarse años antes de que se den los síntomas. Estos escaneados son caros y no están disponibles en todo el mundo. El amiloide se puede detectar además en el líquido cerebroespinal por medio de un pinchazo lumbar, insertando una aguja entre los dos huesos (vértebras) en la parte baja de la espalda para sacar una muestra del fluido que envuelve el cerebro y la médula espinal.

Mayor neurodegeneración asociada al empeoramiento de la función olfativa en las personas mayores cognitivamente normales

Existe una evidencia cada vez mayor de que el descenso en la capacidad para identificar correctamente los olores es un indicador de la discapacidad cognitiva y una evidencia clínica primara del Alzheimer. Al tiempo que la enfermedad comienza a matar las células cerebrales, a menudo esto incluye células que son importantes para el sentido del olfato.

Matthew E. Growdon, B.A., doctor/M.P.H. candidato de la Harvard Medical School y de la Harvard School of Public Health, junto a otros colegas, ha investigado las asociaciones entre el sentido del olfato, rendimiento de la memoria, biomarcadores de pérdida de la función cerebral y eliminación amiloide en 215 personas mayores clínicamente normales reclutadas en el Harvard Aging Brain Study del Massachusetts General Hospital. Los investigadores administraron el University of Pennsylvania Smell Identification Test (UPSIT) de 40 artículos y una batería completa de test cognitivos. Además, han evaluado el tamaño de dos estructuras cerebrales profundas de los lóbulos temporales - la corteza entorhineal y el hipocampo (que son importantes para la memoria) - y los depósitos amiloides en el cerebro.

En AAIC 2014, Growdon indicó que, en esta población del estudio, un hipocampo menor y una corteza entorhineal más delgada estuvieron asociados a una identificación peor de los olores y una memoria peor. Los científicos descubrieron además que en un subgrupo de participantes dentro del estudio con elevados niveles de amiloide en el cerebro, con mayor muerte de las células cerebrales, indicada por medio de una corteza entorhineal más delgada, se asoció de forma importante al empeoramiento de la función del olfato - tras los ajustes de las variables, incluyendo la edad, género y estimación de la reserva cognitiva.

"Nuestra investigación indica que podría haber un papel para las pruebas de identificación de olores en personas mayores clínicamente normales que están en riesgo de padecer enfermedad de Alzheimer", comentó Growdon. "Por ejemplo, podría ser útil identificar a los candidatos adecuados con pruebas más caras o invasivas. Nuestros descubrimientos son prometedores, pero deben interpretarse de forma cautelosa. Los resultados reflejan una imagen en el tiempo; la investigación realizada con el tiempo nos da una idea mejor de la utilidad de las pruebas de olfato para la detección primaria del Alzheimer".

El Harvard Aging Brain Study cuenta con los fondos del U.S. National Institute on Aging y de la Alzheimer's Association.

Déficits de identificación de olor vinculados con la transición de deterioro cognitivo moderado a Alzheimer

Davangere Devanand, M.B.B.S., M.D., profesor de Psiquiatría (en Neurología y en el Sergievsky Center) en el Columbia University Medical Center y sus colegas investigaron una muestra multi-étnica (34 % blancos, 30 % afroamericanos, 36% hispánicos) de 1037 personas mayores no dementes en Nueva York, con una edad media de 80,7, y les evaluaron de una variedad de formas en tres períodos de tiempo: de 2004 a 2006, 2006 a 2008, y 2008 a 2010. UPSIT se administró en inglés y español entre 2004 y 2006. Durante el seguimiento, 109 personas pasaron a la demencia (101=Alzheimer); hubo 270 muertes.




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