En este sentido interpretamos que la orientación de la tumba proyectada para que el sol penetre a través del corredor en la cámara el día más corto del año (durante el solsticio de invierno) puede estar motivada por una ceremonia que se realizaba para ofrendar la luz del sol nuevo a los difuntos.
La construcción de la tumba determina el perfecto conocimiento que nuestros ancestros poseían de su entorno, utilizando los materiales a su alcance de una manera bastante efectiva.
Esta maravilla arqueológica es lo que ayer visitaron y disfrutaron nuestros usuarios, y por las caras de entusiasmo e interés que podréis observar en la galería de fotos, parece que lo pasaron realmente bien aprendiendo una parte de la historia de nuestros antepasados.
Por visitas como esta merece la pena hacer actividades al aire libre, en entornos naturales, en este caso de carácter histórico, que estimulan con su sola presencia los sentidos y las funciones cognitivas de nuestros abuel@s.
Gracias a los voluntarios de cruz roja y a los encargados de sepulcro prehistórico de Huerta Montero por su entrega, su colaboración y su amable trato para con ellos.