Viernes, 26 Septiembre 2025 10:41

BIENVENIDO OTOÑO

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OTOÑ

El cambio de estación no siempre trae consigo un cambio real de clima. El calor todavía persiste y, aunque el otoño ha traído un poco de frescor, el frío aún no se deja sentir. Nuestro cuerpo no entiende de calendarios, pero sí de variaciones en la presión atmosférica. Por eso, aunque todavía no notemos con fuerza los efectos del otoño, debemos estar preparados para la llamada astenia otoñal.

La astenia estacional suele ser un trastorno leve y pasajero, pero puede complicarse en personas con alzhéimer. Como sabéis, en ellos cualquier cambio resulta más complejo, ya que necesitan más tiempo para adaptarse. Por eso es fundamental estar atentos y adelantarnos a los síntomas, facilitando una transición de estación más llevadera.

La disminución de las horas de luz, los cambios de horario, así como las variaciones de temperatura y presión atmosférica, pueden pasar factura. Los síntomas más comunes incluyen cansancio, debilidad, somnolencia, bajo estado de ánimo, falta de concentración y apatía. También pueden aparecer irritabilidad, pérdida de apetito e incluso un descenso en las defensas del organismo.

¿Podemos prepararnos para prevenir estos efectos? La respuesta es sí, y lo mejor es que basta con medidas sencillas y al alcance de todos:

  • Ajustar los horarios a la estación, procurando respetar las horas de sueño y mantener rutinas estables.
  • Aprovechar las nuevas temperaturas para hacer ejercicio al aire libre. Sin el calor del verano, es un buen momento para retomar paseos diarios por un parque cercano. Además de los beneficios físicos, caminar entre los colores otoñales estimula los sentidos y aporta bienestar emocional.
  • Adaptar la alimentación al otoño. Incluir caldos y cremas calientes, aprovechar verduras de temporada como la calabaza, las setas o la alcachofa, y aumentar la ingesta de vitamina C (naranjas, mandarinas, caquis, pomelos) para prevenir resfriados. Los frutos secos también son esenciales en esta época: aportan omega 3, fósforo, calcio, hierro, zinc, magnesio y fibra, tan necesaria en la dieta de las personas mayores. Un puñado diario puede marcar la diferencia en energía y salud.

Prepararnos es la clave para que el cambio de estación no sea un obstáculo, sino una oportunidad para cuidarnos mejor y disfrutar de todo lo positivo que nos regala esta época del año: temperaturas más agradables, paisajes llenos de color y alimentos que fortalecen cuerpo y ánimo.

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