Este pequeño gran cuento de 24 páginas, creado por Rodolfo Esteban y Mai equarza, supone la primera incursión de los autores en el mundo de la literatura infantil hecha para adultos, y es su forma de sensibilizar a los adultos sobre la enfermedad de alzhéimer, a través de la mirada de una niña.

Como sus mismos creadores dicen “Este cuento está destinado a que las personas adultas veamos y entendamos el Alzheimer desde la perspectiva de una niña. A la más pequeña de la familia no le importa la enfermedad, puede que no la entienda o no sepa lo que es, pero no se avergüenza de ella, tan solo quiere estar con sus seres queridos, sean como sean, algo que las personas adultas aún debemos aprender”.

Cuando un niño o niña convive con un abuelo o abuela enfermo del mal del olvido, sus reacciones, sus gestos, sus interacciones con ellos, son mucho más sanas, espontaneas, naturales y sinceras, porque no lo perciben como una persona enferma, sino como ese abuelo que la llevaba al parque antes de caer enfermo, o como esa abuela que le hacía su bizcocho preferido para dárselo en la merienda cuando llegaba del colegio…..a los niñ@s no les importa la enfermedad, sino ese ser querido al que aman con toda su alma, a pesar de sus limitaciones, a pesar de sus dolencias, a pesar de sus olvidos…….y es que, aunque la abuela ya no se acuerde de su nombre, si recuerda sus besos, sus abrazos, sus sonrisas, porque el amor nunca se olvida, y es la única cosa que nunca nos podrá arrebatar el ladrón de recuerdos.

Totalmente recomendado para nuestros nietos, nuestros hijos, nuestros sobrinos, nuestros niños…….totalmente recomendado para nosotros, los adultos.