Su caso es especial, porque la enfermedad comenzó cuando ambos eran muy jóvenes: él tenía 55 años, acababa de prejubilarse de Bazán y ella solo 50. «Llevábamos una vida de recién casados, vivíamos el uno para el otro, porque nuestros hijos ya habían terminado los estudios y estaban colocados», explica esta mujer en la sede Afal, donde los psicólogos y expertos destacan su entereza. «No hago planes, vivo el día a día, pero tengo que decir que los talleres y el apoyo que me prestan desde Afal es muy importante, también los chicos del 065, todos son maravillosos», agradece.
Trillizos
María Pilar se dedica por completo a su marido, un enfermo que no puede hablar y que nunca deja de moverse. Casi todos los días hacen larguísimos paseos, pero cuando llegan a casa él sigue deambulando por los pasillos: «Es como tener trillizos, no puedes dejarlo solo ni un momento porque te hace alguna». Tal vez por tanta actividad ambos han perdido muchos kilos. Pero Pilar nunca «descansa» de su marido: «Hay centros en los que podría internarlo, incluso para un fin de semana, pero no quiero recurrir a ellos. Él no sabrá quién soy yo, pero yo sí: llevamos 41 años juntos, casados», zanja.
María Pilar agradece muchísimo la labor que se hace en el centro de día ubicado en la Casa del Mar, donde cada día su marido acude muy contento: «Hacen cosas extraordinarias con ellos, actividades con música, le encanta ir».
maría pilar sanjuán cuidadora de su marido, con alzheimer
Fuente: lavozdegalicia.es