Muchos son los pacientes que me llevan diciendo esta semana que les duele todo el cuerpo, notan las articulaciones más pesadas y están como faltos de energía. Gran parte de la culpa es debido a los cambios atmosféricos tan bruscos que hemos experimentados en estas últimas semanas, si hace días “la Dana” nos trajo lluvias torrenciales y vientos fuertes esta semana disfrutamos de incluso 20 grados, dichas variaciones en el clima nos alteran y les afectan más a las personas mayores.
A todo esto, se le suma la astenia propia del cambio de estación, la disminución de las horas de luz y los cambios de horario pasan factura y podemos encontrarnos ante síntomas como cansancio, debilidad, somnolencia, bajo estado de ánimo, dificultad de concentración y apatía. También pueden aparecer otros signos como irritabilidad, falta de apetito, e incluso un descenso de las defensas de nuestro cuerpo.
¿qué podemos hacer para que el otoño nos sea más llevadero?
Realizar un menú otoñal en el que se incluyan caldos y cremas calientes, utilizar verduras propias de la estación (calabaza, seta, alcachofa…) y aumentar la ingesta de vitamina C (naranjas, mandarinas, caquis y pomelos) nos ayudara a prevenir los resfriados característicos del frio
Una fuente importante de nutrientes esenciales en la alimentación de otoño son los frutos secos, incluir en nuestro menú diario un buen puñado de ellos nos dará el aporte extra necesario para afrontar la estación. Las castañas, que están de temporada, son ricas en ácidos esenciales Omega 3 y 6 resulta muy beneficioso para el corazón. Además, por su origen vegetal no tienen colesterol, y al ser pobres en sodio y ricas en potasio, son aptas para hipertensos. Gracias a su gran aporte de hierro, son útiles para prevenir o mejorar el cansancio y la fatiga y para tratar la anemia. Consumirlas con frutas ricas en vitamina C permitirán una mejor asimilación de este mineral.
Si el tiempo lo permite se puede realizar un poco de ejercicio en exteriores, adquirir la rutina de un paseo diario por algún parque cercano, donde no solo se verá beneficiado nuestro cuerpo del ejercicio físico. apreciar el bonito paisaje que nos brinda el otoño y sus hojas castañas, además de ser una estupenda estimulación multisensorial, es muy relajante y elimina el estrés con el que nos enfrentamos cada día.
Marina Preciado Hortigón (Fisioterapeuta Centro de Día de Alzhéimer “Tierra de Barros”)
