Por lo que no hay mejor para calmarnos que un buen abrazo, pero bueno bueno, no queremos uno pequeño por cumplir, sino uno grande y cálido, de esos que te envuelven…para que aporten beneficios a nuestro organismo deben durar al menos 20 segundos, y yo añadiría que deben ir llenitos de amor.
Entre las miles desgracias que nos trajo la pandemia del 2020, la ausencia de contacto físico para mí fue la peor, la falta de contacto con nuestros abuelos les hizo mucho daño, aunque pensemos que los enfermos de Alzheimer no lo recuerdan y no se dan cuenta, sí que necesitan del confort y la tranquilidad que trasmiten unos brazos amigos
Ahora tres años después se han relajado muchas medidas, en muchos sitios incluso han desaparecidos, pero se han perdido muchas buenas costumbres por el camino, retomemos abrazar a diestro y siniestro y nuestro cuerpo nos lo agradecerá, no solo nos tranquiliza y reconforta, sino que también refuerza nuestro sistema inmunitario, reduce la tensión arterial y la tensión del sistema musculoesquelético. ¿se puede pedir más por un simple gesto que encima es gratis?
Marina Preciado Hortigón. Fisioterapeuta de Alzhéimer “Tierra de Barros”