Se denomina mal de párkinson a la enfermedad neurológica crónica caracterizada por una evolución progresiva en el deterioro, presentando el paciente rigidez muscular, dificultad para deambular, descoordinación de movimientos y temblores asociados (signo más característico de dicha enfermedad) aunque no presente en todos los pacientes.
Es la segunda patología neurodegenerativa más frecuente tras el Alzhéimer y desgraciadamente no son excluyentes, aunque no es frecuente en algunas ocasiones aparecen en un mismo paciente.
Ante estos casos nos encontramos un problema cognitivo asociado a un deterioro físico considerable, lo cual dificulta nuestro trabajo, pero no lo imposibilita, se trata de tener un poco más de paciencia e intentar simplificar al máximo la rutina de ejercicios.
La fisioterapia se centrará en:
- Mejorar coordinación y equilibrio en bipedestación, en este tipo de pacientes el riesgo de caídas es muy elevado, debemos vigilar el entorno y establecer una zona de seguridad donde pueda caminar libremente sin peligro.
- Disminución de la espasticidad
- Mejora del estado muscular y articular del paciente evitando las retracciones
Marina Preciado Hortigón (Fisioterapeuta Centro de Día de Alzhéimer “Tierra de Barros”)