Múltiples estudios relacionan la salud cardiovascular con la salud cerebral por lo que cobra especial relevancia su cuidado. Por ello, debemos de prestar especial interés en el cuidado de aquellos hábitos de vida que reducen el daño neuropatológico y aquellos que fortalecen nuestra reserva cognitiva.
Veamos algunos ejemplos:
- Controlar los factores de riesgo cardiovascular como optimizar un buen control glucémico, atender la hipertensión arterial, prevenir traumatismos craneales, controlar los niveles de colesterol y obesidad. Así como, suspender hábitos tabáquicos o ingesta de alcohol continuada.
- Mantener una dieta equilibrada y variada. La dieta mediterránea es un ejemplo de ella, ya que incluye alimentos como el aceite de oliva, las legumbres, los frutos secos, verdura, fruta, pescado azul…
- Mantenerse activo mediante el ejercicio físico. Encontrar aquel ejercicio que se adecue a tus características personales y gustos, o simplemente caminar diariamente hará que tu salud física se fortifique.
- Fortalecer la reserva cognitiva a través de retos mentales, leer, hacer pasatiempos, apuntarse a talleres de memoria, etc.
- Cuidar nuestra vida social ayuda a mantener las conexiones neuronales activas y resulta clave para nuestro bienestar.
- Controlar niveles de estrés mediante el autocuidado personal.
- Cuidar nuestro patrón del sueño, a través de una buena higiene del sueño.
Nunca es tarde para empezar a cuidarse y adoptar hábitos de vida más saludable. Recordemos el aumento de la esperanza de vida debe ir de la mano de la calidad de la misma.
Rosa Ana Garcia.
Psicología Alzheimer.