Un problema muy común que comienza a manifestarse desde las primeras fases de la enfermedad es la perdida de la iniciativa a conversar o mantener una conversación. Pero pensemos por un momento:

¿Qué harías tú si el fenómeno de la “punta de la lengua” se convirtiera en algo cotidiano? ¿Si cada vez que hablas notas una barrera que te impide decir lo que quieres? Pues posiblemente callar.

Y eso es lo que hacen los enfermos, se retraen y evitan participar en conversaciones porque son cada vez más conscientes de sus déficits.

¿Qué podemos hacer?

Toca armarse de comprensión y empatía y ponernos en el lugar de la persona que ve cómo sus habilidades se van a velocidad de vértigo. Respetar los silencios es una buena norma para todos y generalmente nunca tomamos en cuenta. Pero cómo no vamos a sumirnos junto al enfermo en un silencio eterno, a la hora de entablar una conversación sería bueno hacerlo sobre temas que sabemos que maneja y le motivan. Por ejemplo, he visto enfermos que pasaban toda una sesión de terapia en silencio…hasta que se hablaba de fútbol. ¿Qué más podemos hacer?

• Las conversaciones deben ser sencillas.
• Recuerda que estás hablando con un adulto, infantilizar las conversaciones es un error común a evitar con nuestros mayores.
• Buscar temas de conversación que le motive a hablar al enfermo: su infancia, el servicio militar, su primer trabajo, una anécdota familiar concreta, fútbol, película de vaqueros…
• Dar tiempo a que intervenga y pueda trasmitir lo que intenta decir.
• Pídele opinión sobre cuestiones cotidianas, aunque sea invenciones del momento (ayuda a mantener su identidad, el sentido de autonomía, independía y control). Si, aun así, el enfermo le cuesta opinar o da una respuesta vaga… fomenta su opinión con dos alternativas de respuestas.
• Utiliza la música para fomentar el lenguaje espontáneo. Después puedes preguntar sobre el cantante, lo que le ha trasmitido la canción o puedes hablar de los famosos bailes del obrero de Almendralejo.
• Los comentarios con sentido del humor, ayudan a relajar al enfermo y dan pie a hablar.

Psicología Alzheimer.