Son muchos los beneficios que este gesto tan humilde potencian en el organismo. De hecho, los estudios científicos afirman que los abrazos son terapéuticos repercutiendo en los siguientes beneficios para nuestro organismo:
- Seguridad: dan confort y sensación de protección a quien lo recibe.
- Ayudan al sistema inmune: los abrazos estimulan la glándula del timo, encargada de regular la producción de glóbulos blancos. Estos ayudan a mantener el organismo sano y libre de enfermedades.
- Disminuye la presión arterial: alivian el flujo sanguíneo y ayudan a estabilizar las frecuencias cardíacas. Aquellas personas que reciben abrazos a diario poseen una presión arterial y frecuencia cardíaca menor a la de quienes no realizan esta práctica.
- Salud mental: generan contención que es beneficiosa en especial para aquellas personas que padecen depresión o ansiedad.
- Placer: como contacto físico, provoca una segregación de dopamina y serotonina en el cerebro.
- Reducción del cortisol: de acuerdo a estudios de investigadores de la Universidad de Harvard, bajan los niveles de cortisol. En infantes, los mantienen en los parámetros necesarios para el desarrollo. En adultos, ayudan a estabilizarlos, previniendo enfermedades como el colesterol.
- Sedante: estudios de la Universidad de California demuestran que, gracias a la producción de serotonina, causan un efecto relajante que ayuda a quienes sufren de problemas para dormir o insomnio.
- Anti stress: acumulan sustancias en el cerebro que ayudan a proporcionar calma, tranquilidad y relajación.
En el centro de día sabemos la importancia que este gesto aporta a nuestros usuarios, estimulan sus sentidos, brindan alegría y tranquilidad. Te animamos a que pruebes en casa el poder de los abrazos.
Psicología Alzheimer.