Podemos encontrar diferentes grados de hernia, dependiendo de si el núcleo solo se desplaza a través del anillo o lo atraviesa, de ese modo nos encontramos con:

Protrusión discal: Consiste en la deformación del anillo fibroso por el impacto del núcleo pulposo contra este; se produce hacia la parte más debilitada del anillo fibroso

Prolapso: Ruptura del núcleo pulposo a través del anillo fibroso, pero sin llegar a atravesar el ligamento longitudinal anterior o posterior.

Extrusión: Hablamos de extrusión cuando el núcleo pulposo atraviesa el anillo fibroso y el ligamento longitudinal.

Secuestro: Cuando se produce la ruptura del segmento de núcleo extruido, ocasionalmente con desplazamiento del fragmento libre al canal espinal.

Cuando se produce el desplazamiento del interior del núcleo provoca una compresión de las raíces nerviosas, dependiendo del lugar en el que se produzca y el grado de presión que ocasione así serán los diferentes síntomas y su intensidad: dolor, tumefacción, perdida de sensibilidad o pérdida de fuerza. Por ejemplo:

• Problemas entre las vértebras C4-C5 pueden causar dolor en los hombros y debilidad en el músculo deltoides
• Problemas entre las vértebras C5-C6 pueden causar debilidad en los bíceps y en los músculos extensores de las muñecas. El entumecimiento y el hormigueo, junto con el dolor, pueden irradiar hacia el lado del pulgar de las manos. Este es uno de los niveles más comunes en los cuales se puede producir una hernia de disco cervical.
• Problemas entre las vértebras C6-C7 pueden causar debilidad en el tríceps y en los músculos extensores de los dedos. El entumecimiento y el hormigueo, junto con el dolor, pueden irradiar hacia el tríceps y el dedo mayor.
• Problemas entre las vértebras C7-T1 originan entumecimiento, hormigueo y dolor que irradian hacia el brazo, hasta la zona del dedo meñique de la mano.

No solo las presiones repetitivas pueden originar las hernias, el desgaste producido por la edad es otro factor importante, si además tenemos en cuenta que la ergonomía y la prevención en el trabajo es algo relativamente reciente, es muy probable que nos encontremos muchas hernias en nuestros enfermos de Alzheimer de más edad.

El tratamiento de la hernia también dependerá del tipo de problema que origine, aunque el único efectivo es la cirugía, mediante la fisioterapia y el ejercicio terapéutico pueden minimizarse la sintomatología e incluso desaparecer, por eso es importante una buena anamnesis y un tratamiento individualizado para cada caso.

Marina Preciado Hortigón. Fisioterapeuta de Alzhéimer “Tierra de Barros”