Martes, 22 Abril 2014 09:31

MÁS EVIDENCIAS SOBRE LA RELACIÓN DE DETERMINADOS DEPORTES CON EL MAL DE ALZHEIMER

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No es la primera vez que en nuestra web os informamos sobre la relación entre determinadas prácticas deportivas y el aumento del riesgo de padecer alzhéimer en un futuro.

En el caso de la noticia que os presentamos a continuación se trata del tan famoso deporte del fútbol, y la relación directa que parece existir entre el cabecear reiteradamente un balón con el aumento del riesgos de alzhéimer.

La investigación se centra sobre todo en algunos casos detectados en la Premier Ligue (La liga inglesa).

Si al final resulta ser cierto, serán muchos los futbolistas que en un futuro puedan desarrollar la enfermedad y sobre todo y ante todo, se abre una nueva vía investigadora que debe relacionar los pequeños traumatismos encefálicos con la demencia tipo alzhéimer.

 

Han pasado 12 años desde que una investigación sobre la muerte del futbolista de la selección de Inglaterra y el club West Bromwich Albion, Jeff Astle, dictaminó que el deportista había muerto a causa de un traumatismo cerebral por cabecear pelotas de fútbol de cuero grueso.

En ese entonces, la Asociación de Fútbol de Inglaterra (AF) prometió hacer un estudio sobre ese tipo de lesiones.

Pero no cumplió y ahora la familia de Astle está pidiendo, a través de la campaña Justicia para Jeff, que se haga una nueva investigación.

La campaña ha hecho que otros familiares de exjugadores den un paso hacia adelante y planteen que el caso de Astle podría ser la punta del iceberg.

Entre ellos se encuentra el fisioterapeuta Andrew MacLeod, cuyo padre, Ally, dirigió a Escocia en el Mundial de Argentina de 1978.

MacLeod cree que su padre desarrolló Alzheimer tras cabecear un balón durante una carrera que se extendió 16 años, en equipos que incluyeron Hibernian y Blackburn Rovers.

Andrew McLeod murió en 2004 a la edad de 72 años, tras sufrir la enfermedad por casi 10 años.

"Comenzó con pérdida de memoria y olvido", cuenta su hijo. "Él olvidaba dónde estaba mi casa o pedía ir a visitar a su madre, quien había muerto hacía 23 años, en Glasgow (Escocia)".

"Estaba muy interesado en ver la investigación de la Asociación de Fútbol porque si existe evidencia de que cabecear repetitivamente provoca lesiones cerebrales, eso tendría consecuencias incluso para los jugadores de hoy en día".

Investigando

Richard Wickson, presidente de la que fue la asociación de jugadores del Club de Fútbol Reading, en Inglaterra, también cree que el caso de Astle es la punta del iceberg.

"Hemos estado escuchando varias historias de organizaciones como la nuestra en todo el país y pareciera que esas enfermedades están afectando a jugadores de cierta época, de las décadas de los 50 y 60", indicó.

"Pienso que el temor de tener que pagar una compensación es la única cosa que frena a la autoridades de hacer una investigación completa".

"Pero las familias con las que he hablado no están interesadas en dinero, ellas solo quieren asegurarse de que los jugadores jóvenes no sufran".

En una carta a la esposa de Astle, Laraine, el presidente de la AF, Greg Dyke, indicó que una comisión se había conformado para investigar lesiones en la cabeza, que incluye a representantes de dicha organización, la Asociación de Futbolistas Profesionales (PFA) y la Liga Premier.

Un vocero de la AF indicó que "la comisión de fútbol dedicada a lesiones en la cabeza está trabajando para aumentar la concienciación en todos los niveles del juego".

Sin evidencia

El doctor Michael Lipton está llevando a cabo un estudio con futbolistas aficionados adultos en Estados Unidos para tratar de determinar cómo los cabezazos impactan en el cerebro.

Sus hallazgos iniciales sugieren que cabecear una pelota más de 1.000 veces al año podría causar un traumatismo craneoencefálico.

"Esas personas (las que participan en el estudio) tendieron a desenvolverse peor en pruebas cognitivas, especialmente aquellas enfocadas en la memoria, y en un grado menor en las pruebas de velocidad y atención", indica Lipton.

"Hay información clara que indica que traumatismos craneoencefálico aumentan, quizás hasta tres veces, el riesgo de desarrollar Alzheimer y demencia".

Sin embargo, la opinión científica en el tema está dividida.

El doctor Andrew Rutherforf, de la Universidad de Keele, en Reino Unido, ha estado investigando posibles daños cerebrales causados por cabezazos por más de 10 años. El experto explica que no existe evidencia definitiva que los vincule con la demencia.

"Es peligroso que cuando alguien que ha sido futbolista sufre de demencia se destaque como un problema relacionado con su carrera futbolística, cuando en realidad podría deberse a un sinnúmero de causas, las mismas que afectan a una persona que nunca ha jugado fútbol", señala Rutherforf.

"Con estos casos individuales podría parecer que un gran número de exjugadores están sufriendo de demencia".
"Ese podría ser el caso, pero también pudiesen ser solo cinco o seis futbolistas en todo el país los que sufren de ese problema en particular", concluye el doctor.

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